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Sobre la polémica del glifosato en México

 (7min)

Recientemente la SEMARNAT mexicana negó la importación de toneladas de glifosato citando perversos efectos en la salud de los ecosistemas y de los productores agrícolas (ver el comunicado oficial).

En el complicado entorno de polarización política nacional, que incluye el reciente "filtrado" (que parece más intencional que nada) de un audio del actual titular criticando la deriva del gobierno federal, este tema ha enfrentado a la dependencia ambiental con la de desarrollo rural, que tiene una posición más bien entusiasta sobre ese herbicida (ver aquí). Dicho enfrentamiento, por lo demás, es solo un capítulo de una larga historia que incluye, por ejemplo, esta denuncia del actual titular de medio ambiente sobre el actual titular de desarrollo rural, antes de que fueran gobierno: El día que Monsanto infiltró a Morena.

Pero dejemos los chismes de Palacio. 

Parte de la comentocracia, tal vez más por oposición que por conocimiento, ha tomado la simplona posición de defender al herbicida, antes que buscar entender qué demonios pasa. La posición principal es doble: decir que los efectos perniciosos del herbicida, sobre todo como cancerígeno, no están comprobados; y decir que su uso está generalizado en todo el mundo.

Recientemente, el periodista Sarmiento difundió esta infografía sobre el herbicida realizada por el National Pesticide Information Center, que es una colaboración entre la Universidad de Oregon y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos:

Esa infografía tiene casi un centenar de referencias, pero a ojo de pájaro esa literatura es de hace más de 15 años, cuando su uso no estaba tan generalizado como ahora. Sarmiento también reproduce la posición del Vicepresidente del Consejo Nacional Agropecuario, que desde luego y de forma normal defiende su uso como insumo de producción:

¿Qué se hace ante este complicado tema? Podemos revisar literatura más reciente. Encontré este meta-análisis de 2018: 

Van Bruggen, A. H. C., He, M. M., Shin, K., Mai, V., Jeong, K. C., Finckh, M. R., & Morris Jr, J. G. (2018). Environmental and health effects of the herbicide glyphosate. Science of the Total Environment, 616, 255-268.  

Estos son los puntos y el abstract gráfico:

y muestran dos puntos clave:

  • El uso ha crecido de forma exponencial en los últimos 20 años, por lo que las consecuencias de la escala no están incluidas en la mayor parte de la literatura reportada en la infografía del NPIC, y correlaciona muy bien con una explosión literaria en la investigación sobre resistencia a antibióticos.

  • La polémica como cancerígeno es solo uno de los aspectos cruciales. El principal problema pudiera estar por venir: el glifosato descompone en ácido aminometilfosfónico, o AMPA en inglés, y la investigación apunta a que éste acumula en el entorno. Es decir que podemos estar haciendo pruebas sobre las cantidades observadas hoy y sacando nuestras conclusiones, sin tomar en cuenta el carácter transitorio de la condición actual. 

    Es como si negáramos el cambio climático porque vemos que la concentración de GEIs no causa aun mucho problema: sabemos que acumula y que, por tanto, lo peor vendrá mañana. 

En una de las tablas incluyen un estudio para México:

que es este:

Rendón-von Osten, J., & Dzul-Caamal, R. (2017). Glyphosate residues in groundwater, drinking water and urine of subsistence farmers from intensive agriculture localities: a survey in Hopelchén, Campeche, Mexico. International journal of environmental research and public health, 14(6), 595.

En ese estudio, todas las muestras de agua subterránea tenían los compuestos de glifosato y AMPA en cantidades 10x las normas europeas, aunque mucho menor a la norma mexicana. Esto no es ningún consuelo: sabemos que la normatividad ambiental mexicana va muy muy atrasada respecto de los estándares internacionales.

El estudio mexicano concluye, además, que hay alta exposición en campesinos de subsistencia. Lo dicho: puede ser una bomba de tiempo.

Además de reportar que la investigación global encuentra la presencia de estos compuestos en los sistemas de distirbución de agua potable, el estudio informa sobre sus consecuencias para la biodiversidad:

  • El AMPA es tóxico para las plantas y la biota del suelo, y aun ahora ya ha cambiado la correlación de especies agrícolas al generar plantas resistentes al herbicida (que motivan la aplicación de más y más glifosato, en un círculo vicioso que no puede salir bien).

  • Mientras parece que los organismos grandes, como nosotros, no lo acumulamos, sino que se procesa y se excreta, sí que hay un conjunto importante de afectaciones potenciales a decir de fuertes correlaciones (que no implican causalidad) entre cáncer, problemas de parto, enfermades de la piel y trastornos neuronales. Vaya coctél. 

Las conclusiones son muy claras:


¿Dónde nos deja todo esto?

  • Me parece que la posición que dice que el glifosato es seguro no toma en cuenta la investigación contemporánea.

  • Conclusiones como la de ese estudio llaman a adoptar una posición de mucha precaución. México necesita endurecer su normativa para ajustarse a los estándares internacionales. 

  • Los impactos en la producción agrícola obligan a trabajar de la mano con los productores. El herbicida aumenta rendimientos (a costa de estos impactos ecológicos) y es natural que los productores defiendan su uso. 

  • Cualquier prohibición, por más documentada que esté, debe operar en colaboración con la política agrícola: debe buscar alternativas que mejoren su implementación.

    De otro modo, seguro formará un mercado negro, seguro se seguirá usando, y el Estado, débil como es, perderá un espacio de intervención que ahora tiene, aunque sea justamente permitiendo y promoviendo su uso. 

  • Los medios y la comentocracia de todos tipos deben ser más rigurosos en la formación de la opinión pública.


No es la tenencia, Dr Molina, es la gasolina!


“Debe mantenerse cobro por el uso del automóvil”

Desaparecer tenencia traerá más tráfico: Mario Molina
ENTREVISTA. El doctor Mario Molina conversó con EL UNIVERSAL después de participar en el Congreso de Transporte Sustentable en el World Trade Center(Foto: RAÚL ESTRELLA EL UNIVERSAL )
Miércoles 05 de octubre de 2011Rafael Montes | El Universalrafael.montes@eluniversal.com.mx
Mario Molina, premio Nobel de Química, aseguró que no se deben eliminar los costos por el uso del automóvil en las ciudades mexicanas y que por el contrario, se deben utilizar esos recursos obtenidos para el financiamiento del transporte público y explicarlo así a quienes se oponen a ese cobro.
En entrevista con EL UNIVERSAL, después de su conferencia magistral en el Congreso de Transporte Sustentable, el doctor Mario Molina opinó que es por ignorancia que haya quienes aseguran que no se debe cobrar el uso del automóvil.
Opinó que si bien la tenencia, como impuesto surgido para financiar los Juegos Olímpicos de 1968 ya no es aplicable con ese fin, “lo que está muy claro es que tiene que haber un costo al uso del automóvil”.
Molina dijo que con la eliminación de la tenencia, el parque vehicular y los conflictos viales se acrecentarán.
“Si no se toman medidas adecuadas y si en lugar de poner restricciones al uso del automóvil, se toman medidas para facilitarlo, no se necesita ser muy listo para ver con claridad que cada vez va a haber más congestionamiento en la ciudad.
“Además, los automóviles son cada vez más baratos, entonces, ¿para dónde vamos?”, se cuestionó el investigador y nobel mexicano.
“Si la gente está dispuesta a vivir en el tráfico y comer y tener sus oficinas en el tráfico, si eso es lo que quieren pues está bien, pero no lo creo”, agregó.
Impuesto inequitativo
Consideró que, incluso, el no cobrar el impuesto de la tenencia es inequitativo en la sociedad. “El no cobrarlo es un subsidio y es un subsidio regresivo, le está quitando dinero a la gente con pocos recursos que ni siquiera pueden tener un automóvil para dárselo a la gente que tiene un automóvil”, afirmó.
“Es realmente tan racional que no se entiende cómo puede haber gente que diga que no es justo que se pague algo, así funciona la sociedad”, expresó.
Respecto al modelo ideal de financiamiento al transporte público en las grandes ciudades, como el DF, Mario Molina opinó que parte tendría que venir del cobro por el uso del auto y que el gobierno debe garantizar los recursos y analizar cuánto están disponibles para invertir.
“Es una inversión redituable, en la manera en que funcione eficientemente una ciudad, mejor le va a la economía.
“Esto hay que invertirlo, entonces, eso tiene que salir de algún lado y lo lógico es que una parte significativa salga del mismo costo de usar los automóviles, que es como funciona, o de la gasolina, en otras partes del mundo hay un impuesto a la gasolina muy significativo que no tenemos aquí”, aseguró.
Recursos para mejorar
El premio Nobel avaló la construcción de autopistas de peaje, pues es una manera de cobrar el uso del auto y “es lo que se está haciendo con vías de empresas privadas que cobran y parte de esos recursos se usan para mejorar el transporte público, todo va en la misma dirección”.
Además, el cobro por el uso del vehículo privado para financiar transporte público se refleja en una mejor calidad del aire, dijo el especialista.
“Sería mucho más eficiente tener más recursos para transporte público, porque en lugar de estar congestionado por horas en el tráfico, si organizáramos todo mejor y la gente pudiera llegar a su trabajo en menos tiempo, entonces tendríamos mejor calidad del aire”.
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Moraleja: Sí y no con Molina. No en su desacuerdo de quitar la tenencia. Está bien que ya la quiten, es un insulto seguir teniendo impuestos creados para los olímpicos del 68!!. Sí con su idea de cobrar por el uso del automóvil y de la infraestructura urbana. Pero no es con tenencias. Al tiempo de quitar la tenencia, que se quiten los subsidios a la gasolina que pueden ser más regresivos (en monto) que la tenencia. El resultado neto puede ser progresivo (en el sentido fiscal, claro está). También se puede cobrar por el uso de la infraestructura urbana (como el del post de ayer, que sugería $1.4 por km recorrido). De esta forma se transforma en variable (via precios de gasolina y via km recorridos) un costo que antes era fijo. Es más probable que se afecte la intensidad de uso del auto con costos que dependen de ella, en lugar de con costos que se incurren independientemente de su uso (tenencia).

Actualización: Gerardo Esquivel documenta que la tenencia no se puso por los olímpicos. Ok. Bien por la documentación. El argumento económico (costo fijo contra variable) se mantiene intacto. Mi posición es a favor del variable.

Enfriamento global, Cambio climático, y las narrativas de los medios

He encontrado el blog de David Stern, Stochastic Trend, ahora en Crawford School of Economics en ANU. David fue mi asesor doctoral durante mi primer año en RPI. Bajo su dirección hice las cosas sobre cambio climático que tengo. Fue bajo su motivación que me animé a mandar un trabajo a la conferencia de la sociedad estadounidense de economía ecológica en 2007, en NY, en la que me fue muy bien (recibiendo el premio a la mejor presentación estudiantil, e incluyeron el artículo como capítulo en el libro de las Proceedings, junto con sólo una docena de trabajos). Fue, a no dudar, una tremenda sacudida. No sé si me hubiera sentido tan seguro después participando en tanta conferencia de no haber sido por aquella experiencia. 

Revisando su blog encuentro este asunto sobre cambio climático

  • Hay una década (1998-2008) en la que el planeta no se calentó tanto
  • Los negacionistas la utilizan para negar (valga la redundancia), ya no digamos lo antropogénico, sino la existencia misma del asunto... En esta ola es muy triste ver que personajes culturales como Enrique Ganem cayeron en el pasado. Hace tiempo que no lo escucho, en parte, para qué negarlo, por los corajes que hacía al escucharlo equivocarse en sus interpretaciones de la literatura. (Y por los corajes de ver que, como en la canción, a todos les respondía sus correos, menos a mí).
  • Robert Kaufmann, a quien me parece haber conocido en algún seminario en RPI, es coautor de un nuevo estudio en el sugiere a) que dicha década sí presenta una disminución en la tendencia b) que los factores que la explican som tanto naturales (ciclo solar, el efecto de los infantes) pero, sobre todo, humanos (la emisión de partículas de azufre por las plantas de carbón en China están enfriando al planeta). Nada halagüeño, por lo demás.
  • El asunto es que el CC es tan apasionante que ya se están dando hasta con la cubeta, malinterpretando, tanto tirios como troyanos a decir de David, el trabajo de su profe.
  • Pero lo más lamentable y peligroso del asunto es la cobertura de medios, sobre todo de los mensos de Fox News, que dicen, tal cual, que el CO2 reduce el calentamiento global... Reímos todos? O lloramos todos??
  • En otras palabras ¿cómo vamos de aquí
  • ...a aquí?

Moraleja: It never ends! 

nosotros y la historia

Nicolás Alvarado en El Universal.

Cuando Nicolás Alvarado aparece en la tv, luego luego uno se da cuenta que el tipo sabe todo de todo, y que sabe que es así, y puede parecer un poco payasón. Aún así, es agradable verlo/escucharlo.

Ahora tiene columna en el El Universal (no sé desde cuándo), y recién uno lleva 4 líneas se ve lo payasón que es. Aún así, seguí leyendo. Y valió la pena. Buena columna, bien pensada (no como las de Loret, que escribe como va), muy literaria.

Pues ahí la dejo caer. A ver qué jeta ponen....

¿Libro batallas? (¿o mejor ya ni le muevo?)


Si yo fuera rico –que cantaba Manolo Fábregas sintiéndose Zero Mostel (referente que resultará completamente inescrutable para cualquier menor de 45 años, cosa que me tiene absolutamente sin cuidado y que no hace sino reafirmarme en mi marginalidad gerontofílica)–, renunciaría a todos mis trabajos salvo a uno. Ante la solvencia económica absoluta y eterna, presentaría mi dimisión a la televisión pública y a la privada (lo mismo a mi trabajo a cuadro que fuera de él), a los medios impresos en que colaboro (incluido, mucho me temo, éste: a fin de cuentas ya puedo preciarme de una vez y para siempre de haber sido columnista de EL UNIVERSAL) e incluso a la obligación estética / moral / ética / neurótica de publicar un libro de cuando en cuando (muchas veces lo he dicho: detesto escribir; lo que me gusta es haber escrito). De uno, sin embargo (me repito ya sólo para reiterar y, con ello, para refrendar), nunca abjuraría: de la escritura de crónicas de viaje que cada tantos meses me comisionan algunas revistas especializadas. Lo dicho: no me gusta escribir… pero tanto me gusta viajar que estoy dispuesto a pagar por ello el alto precio que es la ofrenda literaria. Y concedo al lector que, si yo fuera rico (yaja diri diri buba / buba diri diri dom), no necesitaría que revista alguna me invitara a escribir para poder viajar, pero concédaseme también que incluso en tan próspera y feliz situación me resultaría igualmente irresistible la idea de tomar unas vacaciones más o menos lujosas, más o menos gratuitas, y que encima me pagaran por presumir de ellas.

Todo esto para confesar que en este preciso momento (en el que escribo como en el que se publica esto) me encuentro en Santiago de Querétaro (o, puesto en buen pocho, en Querétaro City) entregado a la investigación de campo de un texto que todavía no tiene título pero que ha de estar dedicado a algo así como El Querétaro de la Corregidora (señora que, pese a su mote, no era una dominatrix… o, en todo caso, sí pero más de la política que del sexo). Ignoro todavía por qué me fue encargada tal encomienda, y es que de la Corregidora (quiero decir de Doña Josefa, no de la que vive conmigo ayer hace 13 años) no sé sino lo que cualquiera que haya pasado por el sexto de primaria. Pero soy un buen chico, diligente y disciplinado, por lo que siempre hago la tarea. Así, me precipito a una gran librería del Estado (no sólo es la más cercana a mi casa sino que imagino que, al tratarse de una empresa pública, su catálogo tendrá un especial interés en la divulgación de la Historia Patria, más en este año) y pido todo lo que tengan sobre Josefa Ortiz de Domínguez. Imagino biografías, ensayos históricos, alegatos feministas… pero nada; la búsqueda “Josefa Ortiz de Domínguez” en el catálogo de esta librería (como, por cierto, en el de su competencia directa de propiedad privada) arroja dos resultados: un ensayito de divulgación de una centena de páginas chiquitas editado por Grijalbo, un texto de divulgación histórica para niños con el sello de Selector. Y ya. Bonita manera de festejar el bicentenario.

Termino por comprar un par de ensayos históricos sobre la Independencia. Mientras aguardo mi turno para pagar, contemplo los títulos que la sucursal más vistosa y mejor ubicada de una de las dos cadenas libreras del Estado mexicano considera dignos de exhibición prioritaria. El nuevo de Stieg Larsson. El último Crepúsculo. La mafia que se adueño de México… y el 2012, por –¡adivine el lector!– Andrés Manuel López Obrador. Y, nomás pa’ que se note el respeto por los clásicos, dos pilas de ejemplares de El secreto. (Cierto: también están el nuevo de Pitol y muchísimos Monsiváis; aun así no puedo evitar arquear una ceja a un tiempo hierática y desolada.)

Primero trino de coraje: ¡cómo puede el Estado promover el consumo de semejante basura! Después habla el liberalote que me habita: aunque pública, ésta es una librería, ergo un comercio que se rige por las leyes del mercado. Antes de dirigirme a la salida llego a una conclusión conciliadora –las utilidades derivadas de la venta de mierda son lo que permite la edición de libros que las editoriales comerciales jamás tocarían y la multiplicación de librerías en todo el territorio nacional– pero el moralista que también vive en mí no se deja convencer con facilidad.

Asuntos como éste son lo que me hace preferir la escritura de viajes. Y, mejor todavía, viajar. Escapar.

The Economist sobre el agua

[Vía Samuel Rodríguez]


Además de la envidiable capacidad de síntesis de siempre (que ya quisiera yo para un ratito en un domingo), tiene secciones excelentes. La siguiente cita, por ejemplo, no extenta de sarcasmo:

If the apocalypse is still a little way off, it is only because the four horsemen and their steeds have stopped to search for something to drink.

También habla del caso nuestro, chilangos aferrados, que ya por costumbre se pone como ejemplo de los absurdos de los que somos capaces:

The 20m inhabitants of Mexico City and its surrounding area, for example, draw over 70% of their water from an aquifer that will run dry, at current extraction rates, within 200 years, maybe much sooner. Already the city is sinking as a result.

Aunque no menciona que aquí había un lago, y que la precipitación que lo alimentaba sigue cayendo, pero se entuba y no se aprovecha, como ya dijimos colgados de la lampara, como no podía ser de otra forma...


Otra cosa rescatable es la siguiente figura, ejemplo de claridad visual que caracteriza al semanario. Seguro le gustaría a Tufte, que tal vez la prefiera en blanco y negro...


Con el perdón de uds., también me doy cuenta que muchos conceptos, sobre todo cuando habla de Perry, del IWMI, quien es un master entre los masters, y de los sistemas cerrados y demás, están recogidos de una forma, diremos, "masomenos", haciendo notar que el que lo escribió no es un experto en el tema pero hizo bien su tarea... Caramba. Qué pedantería la mía. Algo me tenían que dejar los casi dos años ya de estudiar al agua todos los canijos días.

Luego está esta línea:

Water is used not just to grow food but to make every kind of product, from microchips to steel girders.The largest industrial purpose to which it is put is cooling in thermal power generation

En corto, el agua es más un factor de la producción que un bien de consumo final. La economía del agua, por tanto, es la economía de los factores de la producción, no solamente la economía de los bienes finales. Este pequeño detalle, más que obvio al ver la distribución de usos de la gráfica de arriba, se pasa por alto con frecuencia de escándalo en la literatura económica del agua (en la poca que conozco, claro está), tan enfocada en el suministro a los hogares (responsables del ~10% del consumo total)...

Es que me cae. ¿Cómo pasar por alto que el agua es factor esencial (económicamente hablando) para el sistema alimentario y el sistema energético? Ni más ni menos. Bueno pues, con todo, lectura obligada para ponerse a tono en el tema.




Sobre el carbón: mas barbaridades

Se están comenzando a decir muchas barbaridades respecto a lo del carbón. Ayer, lo que nos desayunamos a cortesía de la SEMARNAT. Aquí, la barbaridad de hoy

Stern, el enviado de EU sobre cambio climático dice:


Falso de toda falsedad:
Fuente: de algun trabajito escolar de hace ya algún tiempo...

La diferencia en el mix de combustibles de los tres países es mucha, muchísima. EU utiliza, como se ve, mucho más carbón que México y Canadá juntos. La prospectiva del mismo gobierno es que usará aún más, mientras que Canadá y México reducirían el porcentaje. México le estaba apostando al gas natural. ¿Por qué el bandazo?

La sociedad científica: cambio climático

Leo este libro de Richard Feynman, uno de los divulgadores de ciencia más celebrados (soy fan de Sagan, Hawking, Penrose, y ahora de Bryson, aunque este último, a diferencia de los otros, no tiene carrera científica --no que yo sepa). Ese libro de Feynman tiene una pieza que se llama "la era a-científica". No se refiere a que no haya tecnología o a que la ciencia no se desarrolle ahora como nunca antes, pues ambas cosas son falsas. Se refiere más bien a lo poco que la ciencia permea en la cultura ampliamente entendida. 50 años después de dicha pieza, la noción tiene todo el sentido: hay fuerzas que, como pendulo, empujan a favor de la sociedad científica y fuerzas que operan en contra (Un ejemplo de la sociedad a-científica)

Aquí, una carta que opera a favor de la sociedad científica, con respecto al cambio climático.


Moraleja: La ciencia no es perfecta. Pero a diferencia de la religión o la metáfisica, tiene mecanismos de autocorrección que la hacen preferible como mecanismo de explicación del mundo. En la medida en que la sociedad contemporánea se vuelva "científica", en el sentido de acudir a esa fuerza social para informarse sobre cualquier proceso del mundo, mejorará la toma de decisiones. Y esto se aplica, claro está, tanto a la ciencia natural como a la social. (Un ejemplo de sociedad acientífica en el aspecto social es la ley anti-inmigrante en Arizona, basada en tan escaso conocimiento social --como el presupuesto de que hay una necesidad de "asegurar la frontera"... )

"Acompletemos" la educación

Los moneros de este diario tienden mucho a presentar una realidad a modo con la línea editorial del periódico. Y está bien. Que así sea, pues la diversidad de opinión es requisito para la vida política sana. Que cada quien decida sobre la fuente de su información. Pero se vale pedir que esa realidad medio distorsionada no incluya la ortografía, por favor, que ya mucho hay que lamentarse al escuchar a los comunicadores de medios electrónicos. Una cosa es un duende que se cuela, pero muy otra es un error como el de abajo...

De ya saben qué diario...ese que es faro en la oscuridad, como dice Sheridan...
En fin

Zaid y los economistas: reacciones de la blogósfera

El domingo pasado, el reforma sacó este artículo de Gabriel Zaid sobre los economistas en México. Lo comentamos aquí y luego comentamos las reacciones de Esquivel y de Villagomez.

Los economistas en el poder
Gabriel Zaid

La revista The Economist comentó favorablemente el nuevo impuesto brasileño sobre las ventas de acciones y bonos a inversionistas extranjeros ("Raining on India's parade. What India can learn from Brazil about controlling capital flows", 31 de octubre 2009). "Es una lástima que las economías subdesarrolladas no dispongan de un cortacaminos a la prosperidad importando confiadamente capital del extranjero. Es una lástima que tengan que depender esencialmente de sus propios ahorros para financiar sus necesidades urgentes de inversión. Es una lástima, en suma, que la argumentación liberal en favor del movimiento libre de capitales haya perdido fuerza. Pero la perdió". Se trata de una admisión insólita dentro de la ortodoxia vigente.

La circulación sin trabas de los capitales golondrinos tuvo consecuencias inesperadas para la economía mundial y para las teorías económicas. A esto se refiere un artículo previo de la misma revista ("What went wrong with economics?", 16 de julio 2009). "¿Qué es lo que falló en la ciencia económica?". Ignorar las realidades sociales que no se dejan reducir a ecuaciones estadísticas. La estrechez mental de los economistas no vio la catástrofe posible, y ahora la realidad "humilla a una profesión arrogante". Cita al premio Nobel de economía Paul Krugman: Mucha ciencia macroeconómica de los últimos 30 años ha sido "espectacularmente inútil, en el mejor de los casos; y, en el peor, francamente nociva".


[The Economist se une así, para consumo de los críticos de la economía estándar, al señalamiento en contra de la economía teórica liderado por Krugman. Me parece que decir que la ciencia en 30 años ha sido inútil y, peor aún, nociva, es muy erróneo. No veo por qué hay que comprar esos argumentos si no es para sumarse al señalamiento simplón y evitarse la pena de ponerse a estudiar la "inútil" ciencia y tratar de comprenderla. Yo no creo que haya teoría inútil. Es erróneo poner las cosas en ese terreno. Ahora, sobre lo nocivo: Hay misiles que se guían con rayos láser y matan gente. ¿Se vale concluir que entonces la teoría física detrás del láser es nociva? ¿O nocivos son más bien los intereses a los que sirve? [este ejemplo lo tomamos prestado de Sacristán] Así como ninguna teoría es inútil (aún siendo muy incorrecta -y no es que piense que la macro moderna lo esté, es sólo para seguir el argumento- una teoría mala tiene la virtud de aglomerar razonamientos incorrectos, como si fuera un grupo de variables de control que captura las ideas no fructíferas), no hay teorías nocivas per se. Krugman se lanzó en aquella pieza con su agenda política. Muchos lo criticaron y lo pusieron en su lugar. Pero otros toman su palabra como verdad eterna, por el simple hecho de decir "Lo dice un Nobel". A los de Sin Permiso y demás que se ubican en lo que queda de las izquierdas, se unen ahora The Economist y el mismo Zaid]


Contra los teóricos de pizarrón, ya se había pronunciado Austin Robinson, creador de la Oficina Central de Estadísticas del gobierno británico, que vivió lo suficiente para ver que disponer de estadísticas alejó a los economistas del contacto con la realidad. En mis tiempos, se esperaba de un economista que conociera las operaciones agrícolas e industriales, los procesos, tecnologías, mercados y localidades. Sabíamos más de la economía en la práctica, aunque nos apoyáramos en estadísticas. "No hay economista más peligroso que el purista teórico, sin experiencia práctica ni comprensión instintiva del mundo real" (The Economist, 5 de junio 1993). La economista Joan Robinson, su mujer, dijo famosamente: Hay que estudiar economía para cuidarnos de los economistas ("The second crisis of economic theory").

Quizá lo más notable de todo es que The Economist había propuesto descontinuar el premio Nobel de economía porque muchos premiados han sido teóricos de pizarrón ("The unsuccesful science", 29 de diciembre 1979).


[Bueno. Uff. Qué decir. Vayamos todos corriendo a gritarles a los economistas de pizarrón y a echarles la culpa de todos los males. Mejor aún si nos acompañan los secretarios y ministros de hacienda, finanzas, comercio, economía, y, en el colmo de la apoteósis para llegar al nirvana, los gobernadores de los bancos centrales. Está claro, clarísimo, que los del pizarrón son los culpables. ¡A ellos!]


Esta autocrítica gremial no se ha visto en México, con la excepción notable de Edmundo Flores. [A Zaid parece darle pena que su Mexiquito no se una acríticamente a ese movimiento.] Siendo economista, se atrevió a decir que la economía mexicana había funcionado bien hasta que llegaron los economistas. Tenía razón. El crecimiento económico más estable y prolongado del siglo XX estuvo a cargo de un abogado: Antonio Ortiz Mena. Pero ni los economistas postgraduados en Inglaterra (que llegaron despreciando a Ortiz Mena y anunciando que lo superarían) ni los postgraduados en Estados Unidos (que llegaron despreciando a los de Inglaterra y anunciando el retorno al "desarrollo estabilizador"), han aceptado su fracaso profesional y su contribución a los desastres de la economía mexicana. El milagro económico mexicano lo construyeron los abogados y lo destruyeron los economistas.


[Los políticos se quedaron mirando desde la barrera, seguro. ¿Por qué no le echamos la culpa de una vez a las universidades británicas y estadounidenses de enseñar cosas que destruyen países? Zaid es un tipo inteligente. No me cabe duda. Me gustan muchos de sus textos de temática diversa que aparecen en Letras Libres. Pero no me gustan sus textos en economía. Ojalá fuera menos ambicioso en sus juicios sobre temas que, ya se ve, no conoce mucho. Este tipo de argumentación es relativamente común en La Jornada y en literatura similar.]


Cuando empezaban a graduarse los primeros licenciados en economía en México, su desempleo se explicaba diciendo que habían estudiado para secretarios de Hacienda, pero sólo había una plaza cada seis años y la ocupaba un abogado. Que el nombramiento de Ortiz Mena (1958-1964) se extendiera un sexenio más fue mal visto, ignorando que el crecimiento, los salarios, la inflación y el ahorro familiar habían mejorado como nunca. Pero ¿cómo apreciar los logros de un aficionado frente a las promesas de los especialistas doctorados en el extranjero?


Los economistas mexicanos llegaron al poder como asesores de la economía presidencial. Hasta hoy, no han reconocido que recomendaron una tontería tras otra, y que las cometieron al tomar altos puestos ejecutivos. La autocrítica profesional está bien para The Economist, no para el saber infalible con sólidos fundamentos: el poder impune.

A la tenebra tradicional del poder en México, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México le dieron un toque de tenebra científica: un aire misterioso de ciencias ocultas. Nunca han sido proclives a la autocrítica, y ni siquiera a la transparencia que permite la crítica externa [Que Zaid señale cuántos bancos centrales y ministerios de economía y hacienda son bien proclives a la transparencia y crítica externa]. El resto de los mortales no puede asomarse a la cocina científica. [Si esto es cierto, es porque no quieren. Zaid se une a la mistificación del oficio. No señores. La cocina científica está abierta para todos. Podría empezar por tomar su manual de economía. La economía será la ciencia oscura, pero no oculta. Lo oculto sería la política que por lo generar hace fracasar a la política económica. Yo no pensaría que el relativo fracaso del TLC es culpa de la teoría económica. Mejor pregunto qué intereses estaban detrás de las muchas tonteras que se firmaron allí. Tampoco creo que las prescripciones de política de la teoría economíca siempre estén correctas, pero creo que decir que la culpa es de la teoría es como construirse hombres de paja como enemigo para ganarle todos los rounds.]

Pero lo superior de su tenebra no ha sido la mucha ciencia sino el mucho poder: una capacidad de soborno y de chantaje que hace callar y garantiza la impunidad de sus dogmas (que no siempre son los mismos, pero siempre son dogmáticos). [Ya ni merece la pena comentar en extenso esto.]

Sería extraño que tanto secreto no fomentara la arrogancia, la incompetencia y la corrupción.



Esquivel, fiel a su estilo, dice que es una crítica dura, pero no injusta.


Villagomez ofrece una muy buena reflexión


Aquí un pedacito:


"Zaid critica a los economistas ´teóricos, "teóricos de pizarrón" o puristas teóricos. Efectivamente este es un tema central en la discusión académica, particularmente en macro. La fuerte formalización de los modelos y su impacto en cuanto a implicaciones de política económica. En lo personal yo me he inclinado por la urgencia de enfatizar la utilidad del desarrollo teórico en la implementación de las polítivas públicas y las implicaciones mencionadas. Si creo que ha existido un exceso en la formalización. Al menos ese es mi enfoque en mi desarrollo profesinal en el CIDE. Sin embargo, esto no descalifica el trabajo teórico, el cual constituye algo así como el equivalente a "ciencia básica" que es distinto a la fase en la cual este conocimiento es aplicado al mundo real."


Le da al clavo. El trabajo teórico es una fase distinta al trabajo empírico. Hay muchos pasos intermedios entre el modelo abstracto y la formulación de políticas. Cuando no los hay, entonces sí que hay problema y, como bien señala Villagomez, es un tema importante en economía (pienso, como ejemplo, en la "falacia de concreción injustificada" de Whitehead que Daly y Cobb discuten en el caso de la economía (ver aquí, aquí, aquí, y aquí), y que Dasgupta trajo a colación a propósito de la economía del cambio climático, ver sección 6 de este paper).


Coincido también en el temor de que nos acerquemos a hacerle fuchi a las mate nomás porque sí. Villagomez relata que en los 70 en la FE-UNAM se decía que las matemáticas eran burguesas y que no había que estudiarlas. Pues bien, casi 40 años después hay posiciones en la FE-UNAM que andan con ondas similares. El hecho de que Krugman (y su Nobel) y, ahora, The Economist digan lo que dicen puede fundamentar aquellas posiciones... Me parece muy bien que Zaid se anime a escribir sobre economía. Me parece muy mal que se unió sin más a una crítica un tanto interesada (la de Krugman) y que contribuya a crear injustamente una imagen tenebrosa del macroeconomista teórico. La tenebra no está en el pizarrón, sino en las negociaciones con muchos intereses de las que resultan las políticas económicas que se aplican.




dos posiciones sobre el climagate




Qué barbaridad. Qué peligroso es que desde una columna muy leída por los lectores de ese diario la gente se ponga a hablar con pretendida autoridad (y pedantería) sobre algo de lo que no se sabe un cacahuate. Ya falta poco para que los preclaros iluminados que descifran con la brillantez de su intelecto los detalles del complot de dominación mundial (y que ofrecen desinteresadamente a sus lectores sendos reportes semanales) comiencen a decirle a la gente que deje de creer en la ciencia. Por lo menos Enrique Ganem no hace lo mismo. De lo que Ganem es escéptico es de la antropogenia del cambio climático (aunque me parece que ha malinterpretado los últimos reportes científicos, como sugerí aquí). Lo que Jalife dice es que el hackeo de correos prueba la maliciosa manipulación global sobre el calentamiento. Es decir que no hay calentamiento. No hay tal. Uff. La posición de Radford contrasta como luz en la oscuridad. Es fácil ver qué posición me gusta más...

¿Neta?


Del portal de El Universal. Aquí para ir a la nota

Pero el BM menciona 3 condicionantes:
  • Reforma al mercado laboral (hacía la mayor flexibilización, presumiblemente)
  • Reforma fiscal (¿hacía la tasa unitaria al consumo, eliminando el del ingreso?)
  • Éxito en las políticas antipobreza.

Políticamente cómodo...

Como sabemos, ayer un avión de Aeroméxico fue secuestrado por un pastor cristiano de nacionalidad boliviana. (Realmente, a decir del pastor, lo acompañaban tres en la intercepción -el padre, el hijo y el espíritu santo). Ya aparecen las versiones del complot:


Hay dos posiciones: creer que es un montaje, o creer que es un evento "auténtico", por así decir. La creencia del montaje no se sostiene por lo siguiente:

  • Si todo fue armado, si el gobierno federal tiene suficiente poder organizativo para simular exitosamente un secuestro, ¿por qué elegir un pastor cristiano y no un verdadero grupo terrorista?
  • Si todo fue armado, ¿por qué no poner una bomba de verdad, para ganar credibilidad?
  • Si todo fue distracción, ¿Qué hubiera pasado, ausente el secuestro, ante el anuncio de los nuevos impuestos y del "violento" paquete económico? ¿Se hubieran lanzado las masas a las calles, levantado barricadas, clausurado el congreso de la unión y marchado hacia Los Pinos? Pues no. No hubiera pasado nada. No hay caso. No hay motivo para distraer una opinión pública que de por sí no pone mucha atención...
  • El señalamiento de que es inverosímil que con un par de latas de jugo "puedas secuestrar un avión" pierde el punto y se deja llevar, como Muñoz Ledo, por lo mediático del asunto. Es irrelevante. Seguramente se puede hacer lo mismo sin latas de jugo de por medio (ante lo cual no hay falla de seguridad posible, y la tesis de Monreal se desmorona: la seguridad en Cancún no pudo detectar una bomba que no existe. Tal vez en el monitor sólo se veían latas de jugo Júmex, y "¿qué daño pueden hacer?") Un secuestro puede ser con demostración de fuerza osténsible (mostrándo las pistolas, las metralletas y demás), o jugando un juego de credibilidad. Éste fue un juego de credibilidad. El cantante cristiano le dijo a la azafata que tenía bomba. ¿Qué debe hacer la azafata? ¿Decirle "ah sí? a verla!"? Pues no. Tiene que creerle. No hay otra opción. La respuesta fue la adecuada. Es irrelevante si había o no bomba. Lo mismo, exactamente lo mismo, pudo haber ocurrido sin latas de jugo de por medio. La respuesta policial, ahora ridiculizada, fue la correcta: qué tal si todo era cierto? qué tal si se trataba de un grupo terrorista? que tal si la bomba existía? Pero bueno. Tal vez por decir que la respuesta policial parece la adecuada ante un evento auténtico me arriesgo a que ante "la izquierda" sea un calderonista... Así se las gastan...
  • El montaje desestima resultados posibilitados por el folclore latinoamericano. La posición que defiende el montaje tiene la carga de probar que tiene mayor probabilidad una situación en la que un gobierno puede orquestar exitosamente un evento como ese que una situación en que todo el asunto sea auténtico.
Asi que no hay evidencia que permita rechazar la hipótesis de que no fue orquestado. Me parece que el asunto cae dentro del mundo de lo posible, dada la amplitud de nuestro folclore.

Pero es políticamente cómodo dejar de buscar explicaciones factibles de un mundo muy complejo (que por tanto hacen poco trivial el proceso de fijar posiciones) para imaginarse mejor mundos facilitos en los que el enemigo, en este caso Calderón y el neoliberalismo, tienen la culpa de todo, desde el virus H1N1 hasta el secuestro por fanatismo religioso...

¿Quién sabe en qué mundo viven?

Unos y otros: tanto los que dijeron lo que dijeron como los que transmiten el mensaje...
A la otra nos van a recetar la teoría del compló. 

... a estas "izquierdas" hay que recordarles la frase de Sacristán que está por debajo del título de esta bitácora.

...y ya empiezan las desilusiones con Obama...

Pero no hay que sorprenderse...

En esta bitácora habíamos criticado antes el respaldo que La Jornada había dado a Obama. Allí comentamos las críticas que el ahora Nobel Krugman había hecho a la campaña del de Illinois apoyando a H. Clinton. Pues no sé qué esperaban, pero ahora comienzan las "desilusiones"...

Aquí el corresponsal David Brooks de La Jornada.


Aquí Michael Hudson, desde la revista Sin Permiso.


¿Qué es lo que esperaba la gente realmente? ¿A poco compraron acríticamente el "change" y el "yes, we can"? Como sea, a continuación tres buenas opiniones sobre el equipo económico de Obama. Se incluyen las de dos economistas que, a pesar de que se llevan bien, están lejanos uno del otro en cuanto posiciones políticas...

Aquí, The Economist se emociona con el nuevo equipo.

Aquí, Greg Mankiw aprueba el nuevo equipo.

Aquí, Paul Krugman hace lo mismo.

(Aquí le reprocha duro Mankiw a Krugman haberlo puesto por eliminación al lado de los "piratas" económicos)

( Aquí le contesta Krugman diciendo que no estaba pensando en él, y que siguen siendo amigos...)

Es una vida de perros, pero en Moscú no es tan mala

por Mark Schoofs Dow Jones Newswires
Imagen de www.purephoto.co.uk

Moscú, 20 de mayo – Al igual que los ciudadanos que emplean el transporte público, con frecuencia se ve a los perros callejeros de esta ciudad que viajan en el metro, esperan con paciencia a que llegue el tren y a que éste abra sus puertas.

Durante la era soviética, los perros estaban prohibidos en el metro moscovita. Sin embargo, hoy es tan común verlos ahí, acurrucados en los asientos vacíos, olfateando a sus vecinos y echados tranquilamente en las estaciones, que incluso existe una página electrónica dedicada a ellos: www.metrodog.ru.

Un pequeño grupo de zoólogos estudia a los perros callejeros de Moscú y cómo se adaptan a una ciudad que cambia de manera vertiginosa. Entre ellos está Alexei Vereshchagin, quien se dedicaba a estudiar lobos: “es una criatura tan romántica”, añade, pero cuando se desmoronó el financiamiento para las ciencias del gobierno soviético, ya no pudo hacerlo.

Por ello, Vereshchagin, un hombre de 31 años de barba rojiza, empezó a estudiar a los perros callejeros, y le encantó. “El comportamiento de los perros de la calle es como el teatro”, dijo.

En la medida que el número de los automóviles moscovitas crece de manera explosiva y que su velocidad aumenta con respecto a la de los vehículos viejos y anticuados de la era soviética, los perros callejeros aprenden a cruzar las calles con los peatones. También es posible verlos a veces mientras esperan la luz verde (los perros no distinguen los colores, por lo que los investigadores piensan que reconocen la forma o la posición del hombre que camina en los semáforos).

En la austera era soviética, los restaurantes y los ahora ubicuos kioscos de comida rápida eran escasos, por lo que era menos probable que los perros rogaran por comida y más probable que hurgaran en la basura, dicen los zoólogos. Los perros–pepenadores prosperaron más en las vastas zonas industriales de Moscú, donde llevaban una existencia semi-feral. Pero debido a que dependían sobre todo de que las personas tiraran comida a la basura, y menos de que se las dieran, se mantenían a cierta distancia de los seres humanos.

Ahora, las antiguas fábricas se transformaron en centros comerciales y bloques de departamentos, por los que los perros callejeros se han vuelto más habilidosos y codiciosos para pedir comida. Han desarrollado estrategias innovadoras, dicen los zoólogos, como la técnica de llegar por detrás por sorpresa: un perro se aproxima sigilosamente por detrás de una persona que come tranquilamente en la calle y de repente le ladra. Asustada, la persona deja caer la comida y el perro se la come.

En esto, la clave es la habilidad para determinar qué personas tienen mayor probabilidad de asustarse lo suficiente como para dejar caer su comida. Los canes callejeros se han vuelto maestros en psicología, dijo Andrei Poyarkov, de 54 años, decano de los investigadores de los perros callejeros de Moscú. “Conocen mejor a los moscovitas de los que los moscovitas conocen a los perros”.

De acuerdo con Vereshchagin, protégé de Poyarkov, tal vez el mayor cambio sea que, en la actualidad, los perros callejeros difícilmente necesitan hacer algo para obtener comida. Una de sus principales tácticas, que fue posible por lo cómodos que se sienten cada vez más entre las multitudes, es sencillamente echarse en un atestado corredor del metro, por donde pasan miles de personas, y esperar a que alguien les lance algo de comer. Son alimentados sin que ni siquiera tengan que molestarse en tener que olfatear la pierna de alguien.

Hoy, Moscú proporciona un entorno de “recursos ilimitados”, dijo Vereshchagin.

Caminando por un área de mercado, próxima a una estación del metro, señala que, aún cuando ahora hay más perros callejeros que nunca en Moscú, no están delgados y hambrientos. El líder de la jauría de esta zona, cuya piel blanca con manchas negras está sucia, se levanta de su siesta, se estira con pereza y se dirige a una carnicería. Permanece afuera por unos cuantos segundos, antes que le lancen un hueso con restos de carne a las patas. Se lo lleva, pero apenas y lo mordisquea.

De hecho, muchos perros ignoran los bocadillos descartados, ya que están tan ahítos que se pueden dar el lujo de ser exigentes, dijo Vereshchagin.

A diferencia de los perros callejeros a los que estudia, Vereshchagin no puede ser tan exigente. La ciudad apenas le ha proporcionado fondos para realizar censos esporádicos, el último en 2006, que calculó en cerca de 26,000 cabezas la población de perros callejeros. Por lo que Vereshchagin, quien aún tiene que terminar su tesis, complementa su presupuesto entrenando mascotas y trabajando como paramédico de tiempo parcial.

La adaptación de los perros se añade al dramático cambio que ha sufrido la cultura canina. Rogar por comida es una actividad sumisa, por lo que hay menos guerras generalizadas en el grupo, que en ocasiones acostumbraban durar meses, de acuerdo con Poyarkov. En los grupos hay jerarquías sociales más estables, que permiten que todo el grupo prospere.

Por otra parte, también hay ocasionales ataques contra los seres humanos, como uno en abril pasado, en el que murió un hombre de 55 años, por un grupo de perros callejeros que vivían en un amplio y descuidado parque. Vereshchagin dijo no tener información de primera mano acerca de este ataque, pero dice que los perros que viven en zonas boscosas no están familiarizados con las personas y es más probable que defiendan su territorio con mayor agresividad.

Esa muerte reinició una controversia. Si bien la ciudad asignó el equivalente a 63 millones de dólares para construir refugios para estos animales y programas relacionados, algunas personas exigen el regreso a la práctica soviética de sacrificar a los perros callejeros.

Sin embargo, muchos moscovitas parecen disfrutar, o por lo menos tolerar, a la población canina. La gran mayoría de los perros callejeros se aleja para evitar antagonizar con las personas, dijo Vereshchagin. Incluso es raro que aparezcan en el metro, dice.

Muchos moscovitas alimentan a los perros callejeros y les construyen refugios invernales sencillos. En particular, en la nueva economía capitalista de Rusia, que en ocasiones puede ser implacable, los ancianos buscan compañía perruna.

Traducido por Luis Cedillo
Editado por Juan Carlos Jolly
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Fecha de publicación: 04/06/2008
Sentido Común - Negocios, Economía, Mercados