Qué barbaridad. Qué peligroso es que desde una columna muy leída por los lectores de ese diario la gente se ponga a hablar con pretendida autoridad (y pedantería) sobre algo de lo que no se sabe un cacahuate. Ya falta poco para que los preclaros iluminados que descifran con la brillantez de su intelecto los detalles del complot de dominación mundial (y que ofrecen desinteresadamente a sus lectores sendos reportes semanales) comiencen a decirle a la gente que deje de creer en la ciencia. Por lo menos Enrique Ganem no hace lo mismo. De lo que Ganem es escéptico es de la antropogenia del cambio climático (aunque me parece que ha malinterpretado los últimos reportes científicos, como sugerí aquí). Lo que Jalife dice es que el hackeo de correos prueba la maliciosa manipulación global sobre el calentamiento. Es decir que no hay calentamiento. No hay tal. Uff. La posición de Radford contrasta como luz en la oscuridad. Es fácil ver qué posición me gusta más...
4 comentarios:
Uy mi estimado, ahora sí nos fundieron.
Saludos desde Santiago
Lalo
Increible el tal Jalife.
Lo peor es que entre los que comentan la nota hay varios que se la creyeron toda y hasta le piden que abunde.
Jalife siempre me ha parecido un "poster child" de los problemas de falta de calidad de la educación en Mexico y particularmente en la UNAM que se supone que es lo mejorcito que existe.
Si un charlatan como Jalife tiene un doctorado y es profesor de la mejor universidad de México según una cierta lista que circula por ahi (que dice que la UNAM es la ciento y tantos en el mundo y primera en latinoamerica), que nos dice eso de la calidad de nuestros academicos e intelectuales.
Eso diría cosas muy malas de la calidad de los académicos e intelectuales. Pero
no concuerdo mucho con la generalización.
Con el mismo procedimiento, pero con diferente individuo, se puede sugerir exactamente lo contrario.
Toma, por ejemplo, a Mario Molina. Si Mario Molina es de la UNAM, y tiene Nobel, y tiene su centro de estudios, pues entonces diría mucho sobre la calidad de los académicos e intelectuales. Con el riesgo de caer en lo trivial y lo vacío, diría que la cosa es más compleja.
El problema es precisamente ese. Que la gente le crea todo a Jalife. Nadie debe creerle a nadie. La formación de opinión se basa en información (y en el proceso de su validación), no en credos ni en cheques en blanco. Que Jalife diga lo que quiera. Muy su derecho. El problema es que la gente, tal vez apantallada por lo rebuscado y barroco del estilo, le compra acríticamente todo.
Lalo? Desde Santiago? Un abrazote canijo! A ver cuándo platicamos
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