El agua utilizada en irrigación puede ser entendida como sustituto o como complemento al agua de lluvia. A pesar de que las estadísticas (nacionales e internacionales) parecen generar un corte limpio entre la agricultura de temporal y la de irrigación, lo cierto es que esta última se aplica dependiendo del déficit que llegue a generar la precipitación en ciertas zonas. Esta razón hace complejo el proceso de evaluar la productividad agrícola en el uso del agua agrícola, pues si una región utiliza poca agua de irrigación puede deberse no a que sea mucho más eficiente tecnológicamente, sino a que el resto lo suple con lluvia. En tal caso, el agua de irrigación es complemento a la precipitación. Sin embargo, hay casos en que la irrigación sustituye por completo a la precipitación, haciendo posible la agricultura, que de otra forma no sería factible.
Aquí dos ejemplos visuales extremos en Libia. La irrigación de pivote crea los famosos campos agrícolas circulares:
Moraleja: El agua es sólo una, pero su conceptualización económica es de lo más complejo. Tal vez sea un poco de chauvinismo conceptual (me dedico al estudio de la representación del agua en modelos económicos), pero me parece que es el recurso natural que más retos conceptuales presenta a la modelación aplicada.