Un costo de reemplazo es un costo de reemplazo

Aquí, trabajando sobre la literatura que evalúa los beneficios económicos de los servicios ambientales, en particular los hidrológicos provenientes de las cuencas.

Uno de los métodos de valuación es el costo de reemplazo. En el caso nuestro hay estudios sobre el costo de reemplazo del agua subterránea del acuífero del Valle de México (aunque allí se le llame, erróneamente, costo de oportunidad), asunto que quedó corregido en la versión publicada después del peer-review (como cabría esperar)

Hay algún debate sobre la interpretación de dicho costo. Algunos lo interpretan como el costo de oportunidad, como vimos arriba, otros como proxy del "valor verdadero" del servicio en cuestión. Yo creo que ni uno ni otro. El costo de reemplazo es el costo de reemplazo, y como Heal anota, habrá veces en que hay sentido en incurrirlo, y veces en que no. Puede haber ocasiones en que el costo de reemplazo sea equivalente al valor del bien reemplazado. Más fácil verlo cuando existe un mercado tanto para el bien reemplazado como para el bien que reemplaza. Dicha equivalencia, no obstante, es fortuita, y no necesariamente informa de mucho. El costo de reemplazo, por tanto, no es el costo de oportunidad ni indica el valor económico del bien en cuestión. El costo de reemplazo es el costo de reemplazo.

Todo esto viene a colación de este estupendo texto de Heal, y del ejemplo que da con el petróleo. Era 1999.


El barril estába a 10 dls, y Heal veía lejos que se pagara el costo de reemplazo de 40 dls. Hoy, la mezcla mexicana se vende a 100 dls, claramente superior, y por eso las tar sands canadienses están mucho más activas. Hubo un momento, tal vez muy breve, en que el precio fue equivalente al costo de reemplazo. Ya se verá con el tiempo qué tipo de mecanismos de sustitución tecnológica se hayan activado.

Moraleja: A pesar de eso, Heal advierte de la utilidad elevada de estimar el costo de reemplazo de servicios indispensables en cuya ausencia aquellos se tendrían que incurrir. Así ocurre con la oferta de agua a una metropólis, como el mismo documenta con NYC. Esta es la base del cálculo que hago ahora sobre el costo de reemplazo del agua en los acuíferos que se recargan en el Bosque del Agua. Más sobre este cálculo en su momento.
Moraleja II. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.

Actualización: El vínculo del paper de Heal estaba mal. Ha sido corregido. (Ah... la voz pasiva. Gil Dixit)

Sobre los blogs en economía y la participación del respetable


Hace ya varios años que comprendí que la famosa web 2.0 es una maravilla. Por ello me animé a abrir esta bitácora desde entonces (ya transitamos el 4o año), y ha sido excelente idea.

Alejandro Villágomez y Genevieve Signoret hace poco discutieron sobre el papel de los blogs en el debate económico en México. Quisiera ofrecer algunas opiniones. Pero antes recuperemos algunos documentos que contextualizan:

  1. Alejandro discute acá opiniones de Krugman sobre el papel de la blogósfera en Estados Unidos. K pregunta si el surgimiento de los blogs ha disminuído la calidad del debate de políticas en EEUU debido a que no hay peer-review, como con los papers. La cuestión, dice K, es que dicho debate de hecho se ha dado, por lo menos en su experiencia, sin peer-review: en los working papers del IMF o del NBER, y que el peer-review opera bien en literatura más académica, no necesariamente interesada en el debate de políticas. Incluso argumenta que el debate de esa literatura más académica se solía hacer sin peer-review, en los working papers mencionados pero también en las reuniones de élite de algún grupo académico prestigioso en alguna Ivy Leaguer. Ja! No estoy de acuerdo con K cuando dice que las journals no son medio de comunicación entre pares. A lo mejor eso me pasa por no pertenecer a la élite, como sí lo hace K, así que yo me he estudiado los avances de la ciencia a través de las journals. Con todo, el punto de K es que los blogs han reducido los costos de transacción a la hora de contrastar ideas, y que han democratizado la discusión académica (para bien o para mal, añadiría yo).  Nada qué decir. Lo que yo creo, sin embargo, es que un blog académico no sustituye a la investigación publicada bajo peer-review, y que no puede sustituirlo; además, creo que no es necesidad que en una blogósfera sana no haya acciones de pulling-rank para desprestigiar a algún comentarista incómodo, como sugiere K. Esas acciones, como cuando se presumen códigos postales, son estilos de convivencia que quienes los tienen los expresan en cualquier medio, incluída la blogósfera: ¿por qué tendría que ser diferente?
  2. Aquí la opinión del famoso semanario inglés. Acá mencionan algo interesante. Puede haber auto-selección para seguir los blogs con los que uno estará más de acuerdo. Aquí yo creo que piensan en Krugman mismo, tan celebrado por quienes lo siguen pero tan criticado por quienes no coinciden con él. Si mi memoria no me falla, creo que es Thomas Sargent quien llegó a decir que sólo lee el blog de Krugman cuando ya le llegó el chisme de que se lanzó indecentemente a desprestigiar a algún otro colega (tengo la idea que más bien fue Robert Barro, así que tómese el dato con cautela). Esto de la autoselección es cierto pero ¿cómo es eso diferente de todo lo que ocurre en otros foros? También mencionan que los académicos con historiales de publicación similares se valoran más cuando hay blog que cuando no lo hay. Así que hay un incentivo para tener blog. Cierto. Yo empecé a incluir esta bitácora en mi CV como un activo, ya sin miedo a que se leyera como si mal gastara mi tiempo en la web 2.0, pues no es así. Estoy convencido que esto es una inversión con altos rendimientos, pero como ya mencioné, no sustituye la publicación tradicional...
  3. Genevieve sugiere que el papel de los blogs es el de generar debate  y conversaciones entre pares sobre temas particulares. Alejandro comenta que sí, pero que eso no es lo único, pues él utiliza su blog como foro para contrastar ideas y participar al público lector de materiales varios. Yo creo que ambos tienen razón, y que las tareas que asignan al blog no son excluyentes. Sirven para lo uno y para lo otro. El problema que vería generalizado es el del debate, el de generar comentarios del público lector. En efecto, Genevieve acierta cuando dice que mucho de lo rico de los blogs se da en la sección de comentarios --a menos de que seas Greg Mankiw y tengas que cerrar la sección so pena de colapsar el servidor. Yo estudio economía y agua, así que ha sido estupendo ver los tremendos agarrones que David Zetland y Peter Gleick se han dado en el blog del primero (aquí un ejemplo ya muy violento). De esos agarrones hemos aprendido todos. Tuve la fortuna de inmiscuirme en una conversación con Gerardo Esquivel y otros de sus lectores sobre su "Elogio de la Tenencia". Fue un buen "back-and-forth", aunque breve, del que yo aprendí mucho. Mi visión sobre la tenencia después de ese debate es diferente a la visión con la que llegué. De eso se trata.
¿Por qué hay poco intercambio? Yo creo que no es un problema de tráfico. Es decir, hay volumen suficiente para estar obteniendo una discusión interesante con los lectores y con otros blogueros. Es un problema que tiene que ver, creo, con la cultura del debate y de la participación. Como cuando uno da clase y tiene que arrancarle a los alumnos las palabras para que mencionen algún comentario. Me parece que podría ser algo similar. Me encantaría, ¿a quién no?, que se diera más debate en la sección de comentarios, tanto como me encantaría que se diera más debate en la vida colectiva no cibernética... Creo que en la blogósfera estamos importando esa característica de la vida pública... Lo que podríamos hacer los que mantenemos bitácoras es comprometerse un poco y conversar más seguido, interactuar más. Tal vez los lectores se contagien y otros colegas se animen a abrir el propio...

Moraleja: Si hay que resumir la blogósfera en una palabra probemos con "generosidad".

Moraleja II: Compartiré la gran lista de blogs que sigo, tanto de economía y de agua como de otras cosas no menos importantes....