Sequía y agricultura en México...

Llueve sobre mojado

(perdón por el pésimo humor)

Ante la peor de las recesiones (peor, en caída del producto, a la crisis del 94-95), ante la perspectiva sombría de que el mundo ya se recupera, pero nosotros no, se suma la sequía.

No se trata sólo de que el DF no tenga agua suficiente, y que por tanto ya se hayan puesto a cortar el suministro a los morosos... Se trata de algo no menos elemental e importante. [Dar click aquí para más sobre el agua desde esta trinchera]

Cuando uno dice "sin agua no hay alimentos" puede sonar a cliché, lugar común, "dime algo que no sepa," etc etc. Pero lo cierto es que eso muestra una de las verdades más profundas, que preferiríamos se manifestara por lo positivo (con agua y, por ende, con alimentos), y no al revés. Pues bien. No es así.


Así, con sequías, se han desatado en el pasado varias hambrunas (según el texto que actualmente leo) ¿Es díficil que haya una hambruna en México? De entrada, se requerirían importaciones adicionales (muchas) de granos de Estados Unidos (y de otros lados, pero de EUA principalmente), lo que pondría presiones financieras varias (empezando por la paridad peso-dólar, siguiendo por el precio de los alimentos, y terminando en el bolsillo de las familias mexicanas)...

Pero la cuestión, grave de por sí, no termina con el asunto de sustituir oferta nacional con oferta importada. El manejo de los granos es fundamental para la buena salud de los sistemas agrícolas (el término anglosajón resilience no tiene término homólogo en castellano... el diccionario online que uso, el de Google, da "poder de recuperación"). Dicha buena salud depende de la diversidad biológica de los cultivos, que a su vez depende del manejo que hagan los agricultores de las semillas entre un período agrícola y otro. Las sequías, por lo menos de las que habla el libro de arriba, provocan que el banco genético muchas veces se pierda, y no está vacía la historia en que vienen las ONG a otorgar semillas de sus bancos de semillas a los productores nacionales. Si a la cosecha le va mal, y se consumen todas las semillas sin guardar, y si además se inunda el mercado nacional con producto extranjero (donde lo extranjero no sólo viene porque viene allende las fronteras, sino que viene de otros climas, otros lugares), la capacidad de recuperación de los sistemas agrícolas se pone en riesgo... El agua ya le supone al país suficientes problemas y asuntos. Ojalá que la sequía no desate desequilibrios y espirales que se auto-refuerzan en los sistemas agrícolas. El país necesita catársis, tal vez, para sacudirse la modorra, por así decir, pero no necesita un campo empobrecido (más), y menos una hambruna generalizada... Vayamos con Tláloc, allí en Chapultepec, a hablar con él...