Ahora, el gobierno mexicano ha anunciado que evalúa recibir no los 2 mil millones de dólares que Islandia necesitó (ZAZ!! 2,000 millones de dls para un país de 300 mil habitantes, más o menos los que hay en la Portales de la Benito Juárez en el DF), sino 23 mil millones de dls en un préstamo sin las famosas cartas de intención.
¿La razón? Pues bueno, por allí dicen que el FMI es como ave de mal agüero: se aparece cuando las cosas pueden ir mal, y en las economías emergentes pueden ir muy mal (Para el caso mexicano considere el siguiente cuadro: exportaciones que caen, precio de petróleo que cae, salida de capitales, pérdida de valor de la moneda, mayor costo de importaciones, presiones inflacionarias (y no posibilidad de política anti-cíclica por el lado monetario), aumento del riesgo relativo (es decir, en comparación de sistemas financieros mas fuertes y, ahora, nacionalizados) que modificará el flujo de recursos a la región, finanzas públicas petrolizadas y clase política que simple y llanamente anda en otra... no muy esperanzador)
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