La ciencia oscura y el naturalista económico de Frank

En agosto 12 de 2007, el NYT publicó el siguiente artículo de Robert Frank.
La idea central: si no has entendido nada de tus cursos introductorios de economía no te preocupes: es muy probable que tu profe tampoco. (Y luego hay que preocuparnos todos.)

Frank sugiere un enfoque interesante que nunca había visto yo en un libro de texto introductorio. Ha sido muy grato leer el que tiene con Ben Bernanke, "Principios de Economía". 

Al leer el libro de Bernanke/Frank, del que diremos más en ocasiones futuras, me recordaba los libros introductorios que me tocó llevar a mí hace (ya) más de 10 años. Percibo un mundo de diferencia... La economía vaya que se ha revolucionado. Y el mensaje por ahora es que las ideas fundamentales de la economía moderna (la interacción estratégica, la importancia de la información, la vieja dicotomía (muy imprecisa, en mi juicio) mercado/Estado, el problema regulatorio, la credibilidad, la economía del comportamiento, las expectativas racionales,...) no requieren fórmulas matemáticas (simples o complejas) para transmitirse. El libro hace un excelente trabajo para explicar con ejemplos los conceptos...y varios de ellos me han quedado más claros ahora (y no cuando "los ví" en griego en algún paper o manual avanzado...)

A continuación me tomo la libertad de traducir y reproducir el artículo de Frank, esperando que no consideren (el NYT y RHF) que se me he pasado de la raya... Aquí el vínculo al originial. Se han guardado los vínculos que Frank incluyó.




August 12, 2007
Economic View

The Dismal Science, Dismally Taught

En los años setenta, cuando comencé a enseñar economía, noté que la gente se desilusionaba cuando les decía cómo me ganaba la vida. Al preguntarles por qué, muchos dijeron algo así: "Tomé Econ 101 años atras, y ahí estaban todas esas ecuaciones y gráficas horribles."

Sus memorias de terror estaban justificadas, aparentemente. Estudios han demostrado que en examinaciones sobre el conocimiento de principios económicos básicos, a los estudiantes que han completado un curso introductorio de economía no les va mucho mejor, en promedio, que a aquellos que nunca han tomado uno.

En otros sectores de la economía, un desempeño tan oscuro puede de plano provocar una mala práctica. Sin embargo, en el sistema universitario, los estudiantes y sus padres se someten a esta situación año tras año.

¿Por qué los cursos de economía introductoria no son más efectivos? Una posibilidad es que los profesores intentan enseñar demasiado a los alumnos. Un curso típico bombardea a los estudiantes con cientos de conceptos, muchos de ellos transmitidos a traves de ecuaciones y gráficas complejas. El formalismo matemático que se ha convertido en el sello de la casa de la investigación económica ha permitido un entendimiento profundo. Sin embargo, se ve que no ha ayudado a los estudiantes de introducción a la economía en su proceso de aprender pincipios económicos básicos.

En un artículo reciente, Paul J. Ferraro y Laura O. Taylor, economistas ambos en Georgia State University, sugieren una posibilidad más problemática: que los mismos maestros de economía introductoria no dominen algunos conceptos básicos. A partir de una descripción de alguna actividad, los autores pidieron a una muestra de 199 economistas profesionales identificar su costo de opotunidad. Sólo uno de cada cinco respondieron correctamente.

Las buenas noticias es que existe un enfoque que ha revolucionado la enseñanza en lenguas extranjeras y que promete ganancias similares en economía y en otras disciplinas. Yo mismo tomé cuatro años de español en la preparatoria (highschool), solo para ganar mucha dificultad para hacerme entender cuando viajo a España. En aquellos días, los cursos de lenguas se enfocaban en detalles gramaticales arcaicos, lo que constituye el equivalente del material técnico que a menudo hechiza a los estudiantes de economía introductoria. Hoy, los mejores programas de lenguajes intentan reproducir el proceso orgánico por el que los niños aprenden su lenguaje nativo.

Mi primera exposición a este nuevo enfoque sucedió durante mi entrenamiento en los Cuerpos de Paz en el que enseñé matemáticas y ciencia en la Nepal rural. Todas las cosas que aprendimos a decir eran correctas en términos gramáticales, pero nunca aprendimos ninguna regla gramátical. Después de empezar de cero, tuvimos que enseñar en Nepali sólo 13 semanas después. Nuestras habilidades lingüisticas eran muy básicas, pero practimante todos lo logramos.

No es fácil, por supuesto, tomar este enfoque de maner consistente en un libro de texto de economía. Ben S. Bernanke y yo lo intentamos en el nuestro, pero dado lo que el mercado está disponible a aceptar, aún nos falta mucho camino por recorrer.

Los niños pequeños son capaces de expresar una variedad impresionante de pensamientos usando pocos patrones simples de oraciones. Si alguien se concentra tan sólo en esos principios, y los aplica repetidamente en ejemplos extraídos de contextos familiares, entonces puede ganar maestría sobre ellos fácilmente en un semestre.

La forma en la que las ideas se presentan es importante. Tal vez debido a que nuestra especie evolucionó contando cuentos, el cerebro humano es un receptor innato de la información presentada en forma narrativa. Hace años que dejo una tarea que trata directamente con esta habilidad.

Dos veces al semestre pido a los estudiantes que planteen alguna pregunta interesante basada en algo que ellos mismos hayan observado o experimentado. La tarea les pide que usen principios de economía básica para responderla en menos de 500 palabras. Le llamo la tarea del "naturalista económico", basado en el espíritu de los biólogos de campo que utilizan los principios Darwinianos para interpretar el tránsito y el comportamiento de organismos vivientes.

Una elevada proporción de estos trabajos estudiantiles invocan el principio costo-beneficio, que establece que una persona racional debe llevar a cabo sólo aquellas acciones cuyos beneficios excedan los costos. Este principio puede ayudar a explicar patrones de regulación pública, que de otra forma se mostrarían misteriosos. Greg Balet, un estudiante mío, preguntó, por ejemplo, ¿por qué se requiere que los padres coloquen a los niños pequeños en un asiento de seguridad en el auto, incluso en un trayecto corto a la tienda de la esquina, aún cuando se les permite volar de Nueva York a Los Ángeles con los pequeños sobre las rodillas?

Una respuesta puede consistir en que si el avión se estrella, no importará mucho si los pequeños iban o no en asientos de segurirdad. El Sr. Balet, sin embargo, argumentaba que el beneficio real de las medidas de seguridad en los aviones es evitar daños provocados por turbulencia, por lo que los asientos de seguridad serían tan útiles en los aviones como en los automóviles.

La explicación yace en el lado de los costos, argumentó. Una vez que has instalado un asiento de seguridad en tu auto, no hay costos adicionales asociados a su uso. Por otro lado, si estás en un vuelo lleno de Nueva York a Los Ángeles, y si quieres usar un asiento de seguridad, entonces debes comprar un boleto adicional, lo que te costará $1000 dólares.

Por tanto, es más probable que los asientos de seguridad pasan el examen costo-beneficio en los autos que en los aviones. (Los economistas tienen una respuesta simple hacia aquellos que objetan que los costos no debieran jugar ningún papel en las decisiones de seguridad: ¿Revisas los frenos de tu auto cada mañana cuando vas al trabajo?)

Los principios básicos de la economía no es ciencia de cohetes. Son accesibles incluso a los niños. Por ejemplo, Lance Knobel, quien escribe el blog DavosNewbies.com, comentó que ha aplicado problemas de naturalista económico a su hijo de 11 años antes de dormir, "y le encantan."

Dada la importancia de las decisiones económicas a las que nos enfrentamos, tanto como individuos como sociedad, una formación económica más efectiva generará dividendos enormes. Y dado el bajo desempeño de los cursos tradicionales, parece que no se pierde mucho si se intenta algo diferente.

Robert H. Frank es economista en Johnson School of Management en Cornell University. Es el autor the "The Economic Naturalist" y el co-autor, con Ben Bernanke, de "Principles of Economics". Contacto: www.robert-h-frank.com

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Hasta aquí el artículo.

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