Mucho se puede escribir y especular sobre las razones que explican el surgimiento de epidemias y pandemias de bichitos ante los cuales la especie humana no tiene inmunidad.
Una posición relativamente cómoda es ponerla como calamidades de la naturaleza ante las que no se puede hacer nada. Como con un terremoto o un asteroide: son cosas que suceden porque así es el mundo, y aun incluso considerando que los desastres son socialmente construidos (como ocurre con los terremotos, ante los que sí que pueden establecer medidas estructurales -zonificación, códigos de construcción, etc.), pues realmente hay poco que se pueda hacer. Son cosas que pasan y pues ni modo.
Otra posición cómoda es la adhesión a las teorías conspirativas que abundan por allí, como aquellas que piensan, por ejemplo, que los terremotos son producidos por armamento estadounidense, o que la aparición de virus son estrategia de guerra biológica. Esta última explicación ha surgido también en la corriente epidemia de coronavirus que provoca la recién nombrada enfermedad Covid19. Es relativamente triste que sectores que se autoproclaman de izquierda en México han repetido estas versiones con quién sabe que objetivos.
¿Cómo aproximarse, pues, a esta cuestión?
Vayamos a ver lo que dice la ciencia. La historia que ofrece es fascinante, por la combinación de factores que posibilita las epidemias virales o bacteriológicas de nueva aparición, y preocupante, por la complejidad de acciones que serían necesarias para mitigar su ocurrencia futura.
Hay tres piezas que se llevan bien para estos objetivos a pesar de provenir de ámbitos literarios distintos: 1) artículo en Nature: nature.com/articles/s4159 2) Mike Davis, el de Planet of Slums, sobre Covid19 haymarketbooks.org/blogs/110-mike 3) Rob Wallace, el de Big Farm = Big Flu https://www.marx21.de/coronavirus-agribusiness-would-risk-millions-of-deaths/?fbclid=IwAR3EeJ0xGo4k-kefVE0mS66PzNdr77mWAYt2oukkKss_puzPcuwVAVCyavs
El mensaje que ofrecen estas posiciones es que el Coronavirus no es resultado de laboratorio, como sugieren las teorías de la conspiración arriba referidas, pero tampoco es una calamidad de la naturaleza contra la que nada se puede hacer. Para decirlo rápido: las pandemias son resultado del funcionamiento de la relación sociedad-naturaleza.
En otras palabras, es un ejemplo claro de co-producción en la que la destrucción de la naturaleza es la principal causante de la emergencia de epidemias y pandemias. Por ello no está desligado a los fenómenos del cambio climático, sino que es parte constituyente, argumento que están recuperando varios pensadores (como el mismo Mike Davis o Maristella Svampa, https://www.youtube.com/watch?v=lfgYQ1BnfRY&feature=youtu.be)
La documentación de la emergencia de los virus ante la destrucción de la naturaleza es amplia. El libro de Laura Garret, The coming plague (1994), documenta lo propio con varias enfermedades (Machupo, Lassa, Ebola, Malaria, etc), y es ampliamente recomendable:
O aquí:
En el caso particular del Coronavirus, el artículo de Nature vinculado arriba se hace precisamente esa pregunta: ¿de dónde viene?
La respuesta es la de siempre: la selección natural.
El creciente contacto con los humanos y la pérdida de biodiversidad han destruido los "nichos normales" de estos virus, los que se van adaptando a las nuevas condiciones de estrés. En particular, el Covid19 brincó por selección natural en "transferencia zoonótica", es decir, inter-especie, de animales a humanos, que cada vez es más posible, y luego evolucionó para tener éxito en el host humano:
Este artículo en Nature, y el estupendo recuento histórico de Garrett, provee evidencia analítica a las narrativas críticas que vinculan las pandemias al modo de producción de la economía global. Eso es lo que dice Rob Wallace, biólogo evolucionista y autor del Big Farm makes Big Flu:
Se sabe que la producción industrial de alimentos es la principal causante directa de la deforestación y la pérdida de biodiversidad a nivel global. Los patógenos allí contenidos se liberan:
En otras palabras, la ecología de las pandemias es ahora producida por la destrucción sistemática de ecosistemas y biodiversidad asociada a la producción de alimentos con métodos industriales en la economía global.
Mike Davis parte de la misma premisa (de la producción sistémica de los outbreaks), pero se enfoca en el desmantelamiento de los sistemas de salud y su impacto desigual entre diferentes grupos de población:
¿Dónde nos dejan estas tres piezas? Yo las pondría, como Moraleja, en tres categorías que nos ayudan a pensar lo que está pasando.
1) el entendimiento de la crisis debe ser científico y no apelar al pensamiento fantástico ni a teorías de la conspiración
2) este entendimiento debe incluir la dimensión política: la línea base es de amplia desigualdad, la crisis la puede explotar aun más
3) ambos elementos previos deben orientar el "qué hacer", que a su vez se puede dividir en dos momentos, el inmediato y el posterior:
En el inmediato, habrá que ver qué tanto solidaridad y cooperación pueden revertir la exacerbación de la desigualdad asociada a la crisis. En el posterior, pensar si el modo de producir alimentos y salud, y todo lo demás, es el adecuado por su sostenibilidad ecológica y política