Para botarse de la risa.... o para echarse a llorar...

Aquí viene la línea editorial del diario La Jornada sobre la marcha del sábado. Comentamos en rojo, pa no variar....Notemos cómo pasan del "¿con quién estas?" al "¿y cuántos son?"... Ese es el análisis político de profundidad que nos ofrece la materia gris de este diario "de izquierdas"...
Notemos, también, cómo dan cabida y promueven la división política en el país, asunto que le importa tanto a AMLO y seguidores, reduciéndo las cosas a un "bueno y malo" que no lleva a ningún sitio más que a la confrontación...

[Vínculo al texto original]

Inseguridad: sociedad dividida

El sábado pasado, en diversas ciudades del país, miles de ciudadanos se manifestaron para protestar por el colapso de la seguridad pública y para exigir el fortalecimiento del combate policial y judicial a la delincuencia [decir miles está bien. pero bien pudieron decir decenas de miles, o más precisamente, centenares de miles...pero a lo mejor se veía muy masivo el asunto, y a lo mejor les echaba por tierra la hipótesis de que eran solo los fresas quienes marchaban...]. La gran mayoría de los participantes tuvo como motivaciones el dolor y la rabia por haber sido –en sus propias personas o en las de allegados– víctimas de la criminalidad organizada o bien por el deseo de solidarizarse con quienes han sido afectados por ella. Como ocurrió en demostraciones precedentes –1997 y 2004– la mayor parte de la concurrencia estuvo integrada por personas de clase media y alta, lo cual no resta legitimidad a la exasperación, pero sí produjo un sesgo conceptual inevitable: se marchó no contra la delincuencia y la corrupción en general, sino contra el asalto, el secuestro con demanda de rescate, los homicidios y las lesiones que se perpetran en el ámbito de esos ilícitos. [zaz... la manera de sacar conclusiones es increíble. de verdad es de no creer este párrafo. La Jornada no entendió el asunto de la movilización. Es una falta de respeto a los asistentes a esa marcha...La Jornada sencillamente piensa que las clases medias son cortas de miras y cortas de análisis. La Jornada no comprendió que otro de los motivos de la marcha era una protesta ante la clase política toda, que incluye al subconjunto con el que La Jornada tiene compromisos ideológicos y materiales...]

Tal percepción superficial e incompleta del fenómeno delictivo que se extiende por el país armoniza plenamente con lo que ha hecho hasta ahora el grupo en el poder y alimenta, desde abajo, sus tentaciones de autoritarismo. [repitamos las palabras: "percepción superficial e incompleta", "armoniza plenamente"... es de no creer!!! A partir de este momento, los asistentes a la marcha no sólo quedan como mensos e iletrados, sino que quedan como "calderonistas"...pobres clase-medieros...que alguien los ayude] Resulta alarmante, por ejemplo, que en las manifestaciones se haya escuchado la insistente petición de establecer en México la pena de muerte, una práctica bárbara y regresiva que no sirve para disminuir la criminalidad, pero que degrada, en cambio, a la sociedad en su conjunto y la coloca en el mismo nivel moral que el de los delincuentes. [En algo tenía que haber acuerdo. Ya se dijo antes en esta bitácora que dicha demanda es reprobable. En todo caso, La Jornada no tendría por qué discriminar sociedades, y no olvidarse que de vez en vez publica los escritos de Fidel Castro, quien aplicó la pena de muerte por fusilamiento a algunos "detractores de la revolución" hace algunos años....Pero tal vez estiman que el "Así no" que sacó el diario como editorial entonces haya sido suficiente para curarse en salud...]

Ayer, los convocantes de las marchas llevaron a Los Pinos sus peticiones y lograron que el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, decidiera crear al vapor un Instituto de Prevención del Delito, en el que participarán ciudadanos que bien podrían ser los mismos organizadores de las manifestaciones. [pero bien podrían ser otros ciudadanos... ¿qué clase de editorial es éste? vaya manera de plantear los hechos...]

El establecimiento de una nueva instancia burocrática difícilmente podrá, por sí mismo, contrarrestar el pavoroso derrumbe de la seguridad pública. En cambio, las expresiones de descontento del sábado han dado un argumento a quienes, desde el poder público, pretenden profundizar, extender y consolidar las estrategias de “mano dura” en vigor, por más que éstas, si no han incrementado la inseguridad y el poderío de las bandas delictivas, han sido al menos inútiles para reducir tales fenómenos.

En contraste con las movilizaciones realizadas con el lema de “Iluminar México”, respaldadas por campañas publicitarias masivas y costosas, y promovidas y exaltadas por el conjunto de medios electrónicos privados, así como por la mayor parte de los medios impresos, [medios privados... como si La Jornada no lo fuera] el movimiento ciudadano en defensa del petróleo se congregó ayer en el Monumento a la Revolución en medio de un férreo bloqueo informativo, y sin más instrumentos regulares de convocatoria que volantes y correos electrónicos. [los buenos contra los malos] Al margen de las cifras de asistencia a actos de masas, siempre polémicas y cuestionables, las muchedumbres de uno y otro acto tendrían que ser medidas no entre ellas, sino en relación con los aparatos de promoción de que dispusieron. [a ver...¿cuántos somos?...¿cuántos son ustedes?...¿quién gana?...pareciera que esa es la medida de cualquier movimiento...la muchedumbre que concentra, y no el verdadero alcance y la factibilidad de plataformas, que es función de lo anterior, pero no solo...] Del efectuado ayer puede concluirse la persistencia de una porción de sociedad que no requiere de la televisión comercial para convocarse a sí misma y que mantiene viva su oposición frontal a las políticas gubernamentales en curso. [mmm....¿que tan frontal es una oposición que es cercana al PRD, partido que gobierna y legisla?... no creo que mucho]

Si bien las partes centrales del discurso de Andrés Manuel López Obrador, principal orador en esa concentración, fueron el llamado a rechazar la privatización de la industria petrolera y la denuncia de un posible desvío multimillonario de recursos en Pemex –en 2004 la dirección de la paraestatal invirtió mil 135 millones de dólares en la adquisición de un buque-tanque cuyo precio de mercado era de menos de 230 millones–[cuestión que al parecer se desmonorona por infundada, pero que sirve de momento para darle sentido a la concentración y al discurso...], el tema de la inseguridad y las marchas de la víspera estuvieron presentes en la alocución. En contraste con la insistencia oficial de combatir la delincuencia mediante recursos únicamente penales, policiales y militares, el ex candidato presidencial señaló que la violencia, la inseguridad y el poder logrado por la criminalidad son resultados inevitables de cinco lustros de estancamiento económico, políticas antipopulares, falta de empleo y deterioro sostenido de la educación pública. En consecuencia, dijo, para hacer frente al auge de la criminalidad es necesario revertir el modelo neoliberal aún vigente. [tesis que olvida que el asunto también tiene ya serios aspectos culturales]

Por lo que se refiere a la seguridad pública, en suma, como en otros tantos temas, el país está dividido, por más que el discurso oficial y los medios privados se empeñen en presentar como el todo de la sociedad a la parte que los respalda y que responde a sus convocatorias. ["No nos perroconfundan, que no todos somos iguales..." Una cosa es observar la división de la sociedad mexicana. Otra cosa es aceptar y promover esa división como si fuera deseable. ¿A qué le tiran?]

"si no pueden, renuncien"

Foto: La Jornada. Víctor Camacho.

Cuando las masas no van en la misma dirección...La Jornada se comporta como lo que durante mucho tiempo criticó...

Las imágenes de la marcha hace pensar que fueron centenares de miles...Pero La Jornada se refiere nomás al dato oficial (como si fuera el bueno) y dice que fueron 80 mil personas. Cuando la huelga de la UNAM recuerdo que La Jornada misma se mofaba de los cálculos oficiales de los asistentes a una marcha estudiantil. Por ejemplo, cuando los organizadores calculaban 80 mil, la SSP del DF decía 20 mil... Pero ahora, como a La Jornada le gustan algunas posiciones del PRD, y como al PRD no le gusta que marchen "los fresas", pues entonces asume esa posición oficialista, e incluso se mofa de los asistentes (por ejemplo, porque no saben cómo tomar el metro). [Ver nota]

La marcha contra la inseguridad se llevó a cabo no solo en el DF, sino en muchas ciudades del país (88, dicen los organizadores; 21, la SSP y La Jornada) y aun en el extranjero. La marcha de blanco, como se le conoce. Es la secuela de una marcha similar con el mismo motivo que ocurrió en la segunda mitad del sexenio de Fox (y que fue caricaturizada ridículamente por el PRD y y el GDF cuando AMLO era jefe de gobierno a través de panfletos de dibujos animados por ser la marcha de "los fresas").

Hay dos características de estas marchas: la composición social de sus integrantes (los críticos señalan que "hasta van artistas de Televisa y gente de Polanco, Interlomas, etc.") y su pretendido apartidismo. En mi opinión, la primera no es relevante: darle relevancia a esa condición social es discriminar. Punto. A mi me da pena cuando quienes se dicen de izquierda gastan saliva y el hígado minimizando eventos como este por ser "de clase media pa' arriba"...como si por eso cualquier manifestación política fuera menos importante. Y lo que es más, al revisar las crónicas de la marcha aparece el hecho de que al final de cuentas había diversidad ("había de todo, como en botica", escribe Ricardo Alemán), y que es La Jornada y los "de izquierda" quienes se cuelgan de la lámpara por el hecho de que las clases medias-altas y altas ahora sí participaron en una manifestación, y que la sola presencia de estas clases (y "sus fenotipos", como La Jornada le llama, con tufo racista) hace pensar que es "la marcha de los pirruris"... Con todo, no hay que pasar por alto que las televisoras han montado un espectáculo mediático, lo que para algunos refuerza el tufo clasista del evento...

La segunda es muy relevante. Si hubiera estado en México, probablemente hubiera ido no sólo por la demanda por seguridad (que es una demanda burguesa, cierto, pero que en México en estos momentos equivale a la sobrevivencia como sociedad y como país) sino por el carácter apartidista que tuvo, por el espíritu crítico hacia toda la clase política que mal gobierna el país (la misma que se indignó por el "si no pueden, renuncien" de Martí). Ayer, esa frase, "si no pueden, renuncien", se convirtió en consigna espontánea en miles de voces. Ojalá la presión social hacia la clase política no quedara nomás en este tipo de marchas. Ojalá varios de los integrantes de esa clase política estuvieran temblando y temiendo por su puesto. Pero no. A pesar de la legitimidad de la marcha, a pesar de su fuerza y espontaneidad, la clase política ha probado tener resiliencia ante este tipo de manifestaciones... Lo que no es suscribible de la marcha es que la desesperación social se traduce en regresiones como la de la pena de muerte. No fueron pocas las mantas y consignas que pedían pena de muerte a los secuestradores. Eso pone el debate en otro terreno. Yo no suscribo esa demanda ni por error, y mucho menos con el sistema de justicia mexicano. Más bien este tipo de marchas son más valvula de escape que mecha que inicia movimientos. Muchos de los participantes llegarán satisfechos a sus casas pensando que han hecho bien (y sí, hicieron bien) y que han puesto su granito de arena. Pero es precisamente por eso que estos eventos se dan cada 4 años, y no con mayor frecuencia e intensidad. Serán muy pocos los que lleguen a casa con las ganas de activarse políticamente. Ojalá fuera la gota que derrame el vaso para un verdadero movimiento social, que no sea corporativo, que no esté exclusivamente orientado explícita o implícitamente a cuestiones electorales y partidistas, como otros...