Las batallas que aun estar por ganarse

Manuel Sacristán famosamente describe en el editorial al número 1 de mientras tanto que el objetivo de las tareas que el movimiento roji-verde-morado debe promover es el de...
"... que tras esta noche oscura de la crisis de una civilización despuntara una humanidad más justa en una Tierra habitable, en vez de un inmenso rebaño de atontados ruidosos en un estercolero químico, farmacéutico y radiactivo".

Dejamos para luego el examen sobre lo atontado del rebaño que formamos (ruidosos seguro ya lo somos). Lo que aquí les traigo es evidencia de que ya nadamos en el estercolero químico, farmaceútico y radiactivo:


Moraleja:  "...la risa viene luego, cuando se compara la tarea necesaria con las fuerzas disponibles..." MSL.

Roca sobre Nadal sobre la economía ecológica

En la entrada anterior comentamos el artículo que Sin Permismo colgó de A. Nadal en la que habla de lo que, en su muy personal visión, es la debilidad teórica de la Econ Ecol. 

Ahora han colgado en el blog de Economía Ecológica Española una respuesta de Jordi Roca, que se puede acceder aquí. La respuesta es muy recomendable. Se disfruta por haber sido escrita desde un conocimiento profundo del campo (aunque no necesariamente coincido 100% con Roca), no como Nadal, que no lo conoce.

Hay dos elementos diferenciadores fundamentales respecto a la relación entre la econecol y la mainstream que no mencioné yo en mi primera respuesta, ni Roca en la suya:


  • El campo de la econecol es multidisciplinario. No sólo porque muchos de sus participantes provengan de una multitud de disciplinas, sino que los estudios económico-ecológicos son de esa característica. La economía mainstream no necesariamente lo es. Tampoco es justo decir que los economistas convencionales están encerrados en su disciplina, pues hay muy buenos ejemplos multidisciplinarios. Lo de la econecol, sin embargo, es vocacional.
  • La econecol ha sido definida como una issue driven science. Hay una subordinación, también vocacional pero más frecuente, de los métodos a las preguntas.
Moraleja. Sería muy interesante ver si Nadal responde. ¿Qué diría? ¿Seguiría pontificando en contra para reafirmar su supuesta paternalidad sobre el resto de los mortales? ¿O aceptará que se ha equivocado y criticó a un campo desde el desconocimiento? 

Alejandro Nadal y la Economía Ecológica

Los de Sin Permiso colgaron una pequeña pieza en la que Alejandro Nadal se lanza contra la econecol.
Yo, por supuesto, me colgué de la lampara.
Comentamos en rojo, como es costumbre...


Alejandro Nadal · · · · ·

20/02/11



Alejandro Nadal, miembro del Consejo Editorial de SinPermiso, acaba de publicar un importante libro de macroeconomía en la editorial londinense Zed Books. [1] Este libro contiene, entre otras muchas cosas, un crítica de las insuficiencias científicas y políticas de la llamada "Escuela ecológica de economía" que está en la base intelectual de buena parte de los partidarios de una política de "decrecimiento". En las Jornadas SinPermiso celebradas en Barcelona el pasado diciembre se suscitó una interesante discusión al respecto. El texto que sigue a continuación ha sido escrito por Alejandro con motivo de esa discusión.

La escuela de economía ecológica ha contribuido a encender un debate importante sobre la sustentabilidad. Eso es innegable, y conviene señalarlo desde el principio. Pero arrastra algunas deficiencias importantes que debería resolver, si lo que pretende es realizar un avance analítico serio y ofrecer una contribución en materia de política económica. Si no las supera, no podrá llevar a cabo un estudio riguroso sobre las fuerzas económicas que conducen a la destrucción del medio ambiente. Peor aún, si no lleva a cabo una crítica profunda de la teoría neoclásica, será asimilada como una variante más de ese discurso que, hoy por hoy, tiene más bases ideológicas que científicas.

(El primer veredicto puede llevar algo razón. Lo segundo, lo de la separación con la neoclásica -que al punto, dice, tiene más base ideológica que cientítica- no tiene mucho sentido. La evaluación de Nadal acierta en las virtudes de la econecol para la sustentabilidad, etc., en que tiene que posicionarse ante la mainstream, por decirlo de algún modo, pero luego se desbarranca al decir que la mainstream no tiene base científica. Eso simplemente es falso.)

El principal problema de la economía ecológica es que no ha sabido poner distancia entre la teoría neoclásica y sus propios planteamientos. De hecho, la distancia que supuestamente separa a la economía ecológica (de ahora en adelante EE) de la economía ambiental neoclásica es mucho más corta de lo que los adeptos a la EE piensan. Es más, se puede decir que para la EE prácticamente no hay otra teoría económica que la neoclásica. Por eso sus referencias a Sraffa o a Marx son o inexistentes o superficiales. Y en cuanto a la teoría macroeconómica se refiere, la EE no acaba de salir de los esquemas engañosos de la síntesis neoclásica y del keynesianismo bastardo. Regreso sobre este punto más abajo.

(El inicio era bueno. O más bien, no era malo. Aquí comienzan los desbarrancos. Hay que decirlo en pocas palabras, aunque suene duro: economía hay sólo una. Poner a Sraffa y a Marx como generadores de una economía que le compita a la mainstream, descentralizada en cientos (¿miles? ¿decenas de miles?) de autores, es un sinsentido. Una exageración. Marx y Sraffa serán titanes. Y podrá preferirlos Nadal a la neoclásica (a la que no le puede poner apellido, precisamente por su multitud). Pero decir que la de Marx/Sraffa son "economía" que hacen lo mismo que la mainstream y por tanto compite en el mismo campo es tirar por los cabellos al argumento. Luego se refiere a la macro, y de allí, apuesto, se refiera a la macro ambiental que Daly propuso hace 20 años y que, hay que decirlo, poquísimos pelaron (me cuento entre esos pocos, pues hice mi tesis de licenciatura sobre esa macro ambiental, en particular un IS-LM-EE dinámico que ya poco se parecía al "Keynesianismo bastardo" que se ve que le disgusta a Nadal. ¡Si tan sólo se hubiera puesto a leer los papers de Blanchard y Fisher que exponen el IS-LM base! Si piensa Nadal que eso es todo lo que hay de macro en la econecol pues se equivoca muchito.)

Existen tres puntos sobre los que la escuela de EE cultiva errores importantes. El primero tiene que ver con su visión sobre el mercado, el segundo se relaciona con la teoría monetaria y el tercero con la teoría y la política macroeconómica. En lo que sigue, pasamos revista a cada uno de estos temas concentrando nuestra atención en algunos ensayos de Herman Daly, uno de los padres fundadores de la economía ecológica.

(Si si. Pero se ve que Nadal no conoce entonces a la econecol. Pensar que en Daly está la EE es un error más grandototote que los que le critica a la EE. Tengo que citar mi experiencia personal, aunque salga la petulancia, y hablando exclusivamente por mí. Pero lo mismo se puede concluir si se prestan miradas atentas a los contenidos de la Journal de la Sociedad Int'l de EE y a otras que han surgido con espíritu similar (La de Industrial Ecology, por ejemplo)... He hecho PhD en economía ecológica, teniendo relación cercana con algunos de los economistas ecológicos más sonados. He conocido y escuchado a otros igual o más sonados, incluyendo a Daly mismo, en tres conferencias de las sociedades estadounidense e internacional de econecol. Y me parece que muy pocos firmarían 100% lo que dice Daly. Todos lo quieren, lo queremos, como fundador y excelente tipo. Pero a pesar de que fueron sus lecturas las que me trajeron al campo, como a una multitud de estudiantes, hay muchas cosas, ahora tal vez la mayoría, con las que no concuerdo. Ese, me parece, es sentimiento generalizado en el gremio, si es que se le puede llamar así. A diferencia del mainstream, la econecol es muy diversa, demasiado diversa, tanto disciplinariamente como políticamente. Reducir el campo al escrito de uno de los fundadores (aunque sea un clásico de la tradición) deja mucho de lado. Casi todo. Si ya está contra la EE ¿por qué no discute a Georgescu-Roegen, para citar al otro clásico? Tal vez Nadal le atribuye a Daly el papel que otros clásicos en otras tradiciones han jugado (i.e., Marx mismo), cuya palabra se ha tomado como letra sagrada. Eso no ocurre en la EE. Y es excelente que sea así. De modo tal que lo que sige se deberĺa titular "Una crítica a la economía ecológica de Daly"...)


Una visión asombrosamente errada y apolítica de la naturaleza de los mercados
1. En algunos de sus ensayos Herman Daly insiste en un enunciado sorprendente: el mercado ha resuelto el problema de la asignación de recursos en una economía de manera eficiente, pero es incapaz de determinar la escala óptima de actividad de una economía (Daly 2002). Este enunciado es realmente sorprendente si se considera el colosal desperdicio de recursos que observamos en las economías de libre mercado al día de hoy, para no hablar del gigantesco proceso de destrucción de ecosistemas que se lleva a cabo por las fuerzas del mercado en todo el mundo. Nada de eso se parece ni de lejos a una buena asignación de recursos y cualquiera que esté preocupado por el medio ambiente debe haberlo notado.

(No coincido con la lectura de Nadal. Daly habla de 3 cosas: el problema de la escala en microeconomía, la ausencia de la escala en macroeconomía, y la eficiencia de los mercados. El colosal desperdicio, al que por supuesto Daly presta atención (pensar de otra forma es mala leche, de plano), se explica en la segunda cuestión, no en la tercera. La lectura de Nadal es errónea.)

Pero por otro lado, más allá de una discusión sobre la evidencia empírica, quizás Daly encuentra que la teoría económica neoclásica ha cumplido su promesa de proporcionar un fundamento racional a la metáfora de la mano invisible. En ese caso, Daly estaría ignorando que los esfuerzos de la teoría de equilibrio general, la versión más desarrollada de la teoría neoclásica, fracasaron en el intento por demostrar que las fuerzas del mercado conducen a un equilibrio competitivo.

(Híjole. Aquí es donde ya comienza a costar trabajo entender las cosas. A ver. Decir que el equilibrio general fracasa al demostrar la existencia del equilibrio competitivo es simplemente un error. La cuestión está más que clara en los manualitos de microeconomía a los que no se les presta la adecuada atención. El equilibrio podrá ser no estable, no único, socialmente injusto, incluso un sub-óptimo social, dependiente de muchos supuestos, algunos formales, algunos de comportamiento, pero está demostradísimo. Le vendría bien a Nadal referirse a los teoremas del bienestar y luego decir que el equilibrio general fracasa en encontrar equilibrios...)

Esto es algo que se conoce desde los años sesenta. Pero por si quedaban dudas, en 1974 se dieron a conocer los teoremas de Sonnenschein, Mantel y Debreu, que hundieron el último clavo en el ataúd de la teoría de equilibrio general.

(Zaz!! A ver. Ya anda enterrando cadáveres. Por lo menos nos referimos a teoremas. Veámos. El teorema al que hace referencia habla de la no necesidad de comportamientos agregados a partir de microfundamentos. En otras palabras, habrá muchas "macroeconomías" posibles soportadas por los mismos fundamentos micro. No hay equilibrios únicos. Podrán ser infinitos. Y por tanto agarra sabor la economía pública. Tome Ud. por ejemplo el teorema de imposibilidad de Arrow, que se fundamenta en la no unicidad del equilibrio (y en la imposibilidad de elegir equilibrios con algún criterio ético de selección que no sea la pareto-optimalidad). Pero Nadal ni se refiere al imposible de Arrow, y estima que la no unicidad es un fracaso cuando es uno de los resultados de mayor potencia de la teoría estándar. Dicho resultado puede de hecho ser la joya teórica de la corona de la mainstream. Pero para darse cuenta hay que tener los dos ojos bien abiertos y los prejuicios analíticos guardados en el cajón de lo inútil.)

Parece que la escuela de la economía ecológica todavía no registra este importante hecho. Pero aún si se quiere evitar entrar en discusiones sobre modelos matemáticos abstractos, baste señalar que existen muchos ejemplos de que el mecanismo de precios flexibles conduce a situaciones altamente inestables. Vaya, para decirlo en una frase, los mercados no poseen un mecanismo auto-regulador que conduzca a un equilibrio. Y, vale la pena recordarlo, la eficiencia en la asignación de recursos de acuerdo con la teoría neoclásica es un atributo de la asignación de equilibrio únicamente (sobre el desequilibrio la teoría neoclásica no tiene nada que decir). Así que eso de que el mercado ha resuelto el problema de la asignación es un desacierto mayúsculo.

(No tiene sentido lógico. El mecanismo de precios conduce a situaciones inestables. Ok. Cuestión que se sabe y que se recoge en los manuales con los que se enseña seriamente micro (Mas-Colell y Jehle/Reny, por decir los que conozco). Pero aún si conduce a un equilibrio inestable, está conduciendo a un equilibrio!!! Por lo que decir que los mercados no tienen un mecanismo autoregulador contradice la premisa! Primero dice que el teorema de Sonnenschein, Mantel y Debreu pone el clavo al ataúd por decir que equilibrios hay muchísimos (se le llama a veces el teorema de "Anything goes"), y luego dice que los mercados no llevan al equilibrio. No creo que sea ésta una visión consistente. Luego BAM! Dice que sobre el desequilibrio la mainstream no tiene nada que decir! Qué cosa! Qué manera de negar las décadas recientes de investigación en economía del desarrollo y de políticas públicas. Pero bueh! Su conclusión -el mercado no tiene resuelto el problema de la asignación- indica que no hay buena comprensión de lo que implican los resultados que refiere. A final de cuentas, cada equilibrio resulta en una asignación, por lo que más bien cabría decir que dicho problema esta "sobre-resuelto" y el asunto es, como siempre, uno de elección de entre las asignaciones de equilibrio. Pero eso no está ni a la mitad de lo que se sabe. La mainstream toma la no unicidad de los equilibrios y le añade la sub-optimalidad, e incluso la no-existencia cuando ocurre, como punto de partida. Lo que para Nadal son los clavos de un ataúd para los economistas son los meros preparativos para ponerse a hablar del mundo real, para hacer economía contemporánea, son acaso los berrinches de una teoría económica que apenas nace para luego madurar en la investigación empírica.)


La incomprensión de la importancia de la moneda y de los flujos monetarios
2. El segundo problema que enfrenta la escuela de EE se relaciona con la importancia de la moneda y de los flujos monetarios. Para Herman Daly y muchos de sus colegas, el problema fundamental de la teoría económica convencional (neoclásica) es su incapacidad para analizar los flujos físicos o de materiales que son la esencia de todo sistema económico. En la versión de Daly y muchos de sus colegas, la teoría económica neoclásica está basada en la falacia del flujo circular de mercancías en un sistema que ignora el hecho fundamental de que los recursos naturales son finitos. Según esta visión de las cosas, los flujos económicos son expresados en términos monetarios y como tales, pueden expandirse sin límite, dando así la impresión errónea de que no hay límites al crecimiento. Según Daly a partir de este comienzo errado que descansa en el "fetichismo monetario" la teoría económica concluye que las cantidades físicas también pueden ser conducidas a un crecimiento ilimitado.

(Esta leyendo mal el aporte de Daly. Esta leyendo demasiado. Daly se refiere a la economía de manual, la que se enseña a millares de estudiantes en el orbe, no a la historia del pensamiento económico. Y en esa economía de manual existe lo que Schumpeter llamó la visión preanalítica, el flujo circular. Daly no atribuye dicho flujo circular como la base de la mainstream, sino que lo pone en la trastienda de la enseñanza de la ciencia.)

En realidad, el punto de partida de la teoría económica es exactamente el opuesto a lo que afirma Daly y sus colegas. Este discurso que llamamos teoría económica comenzó haciendo abstracción de la moneda para emprender el análisis de los fenómenos económicos. Hay varios factores que explican este proceder. Quizás el más importante es que desde su nacimiento, la economía política se vio envuelta en un debate de política económica en el que Smith criticó fuertemente a la visión mercantilista a la que acusaba de confundir la acumulación de metales preciosos con la riqueza de una nación.

Si bien Smith caricaturizó el pensamiento mercantilista, lo cierto es que una de sus conclusiones fue precisamente que la riqueza no era la masa de metales preciosos. Para Smith, el corolario es que para estudiar la riqueza hay que hacer abstracción de la forma económica de esa acumulación de metales preciosos que después fueron asimilados con la riqueza monetaria. Como dice Schumpeter en su Historia del análisis económico la moneda se presentó como una especie de velo, un manto que ocultaba la realidad de los fenómenos económicos.

(Pero esto, a pesar de que está descontextualizado pues Daly no habla de historia del pensamiento económico, no se contrapone a la cuestión del susodicho flujo circular.)

Una vez que se había hecho abstracción de la moneda, también se había eliminado la unidad de cuenta que permitía medir y comparar los objetos físicos heterogéneos. Para poder avanzar en el análisis económico, se necesitaba restituir al mundo de los objetos físicos una unidad de medida. Eso es lo que hace la teoría del valor. O dicho en otras palabras, ¿para qué necesitamos una teoría del valor? La respuesta: para restituir al campo de análisis la posibilidad de realizar operaciones de medida sobre los bienes (físicos y heterogéneos) que ahora van a ser objetos de intercambios y comparaciones.

(Pero al flujo circular lo llaman también "del valor")

Por eso Adam Smith abre su Riqueza de las naciones construyendo una teoría del valor en oposición a una teoría monetaria. Y esta es la trayectoria que siguió la teoría económica neoclásica y ciertamente en su versión más desarrollada, la teoría de equilibrio general. Toda la teoría de precios en el enfoque neoclásico se desarrolla en un esquema no monetario: se analiza la determinación de precios relativos como tasas de sustitución entre bienes físicamente determinados, antes e independientemente de cualquier referencia a la moneda. Posteriormente se introduce la moneda como un dispositivo neutral que no afecta en nada la estructura y niveles de los precios relativos y las funciones de oferta y demanda que les están asociadas. Desde Smith y Ricardo, hasta Arrow y Debreu, pasando por Mill, Walras y Marshall, toda la teoría económica clásica y neoclásica ha seguido el mismo camino.


(No entiendo a qué viene todo esto. El flujo circular es la visión preanalítica de la macro, cuya crítica da pie a la macro ambiental que propone Daly. La cuestión del equilibrio viene de la micro, en la que la noción de escala está presente. Daly se refiere a una separación: que en la macro la escala no aparece. Nadal mismo se refiere tangencialmente a otra, la del teorema tripartita de la no unicidad). Pero luego su discurso las mezcla como si fueran sustitutas una de otra.)


Es cierto que la forma específica de la teoría del valor que cada uno de estos autores ha desarrollado es distinta, pero les une un hilo conductor: la necesidad de establecer un espacio de conmensurabilidad para las "mercancías", de entrada concebidas como objetos físicos bien diferenciados.

Es un gran error pensar que el problema de la teoría económica es su obsesión sobre las magnitudes monetarias y su incapacidad de dar cuenta de los flujos físicos de materiales. De hecho, es exactamente al revés: la teoría económica convencional se encuentra en casa hablando de magnitudes físicas y, en cambio, se encuentra muy incómoda hablando de la economía en términos monetarios. Por eso hay tantos modelos de equilibrio general aplicado que se concentran en flujos físicos de materiales (véase Kandelaars 1999 e Ibenholt 2002)


(Uff. Pero así como hay CGEs que analizan flujos físicos, hay muchos que no lo hacen! Esto es un clarito ejemplo de "cherry picking", o de cuando se dice que el árbol de cereza da frutos azules porque tenemos en la mano justamente las únicas dos cerezas azules que el árbol dió después de dar 400 rojas... Ahora resulta que el énfasis en el mundo material viene implícito en la mainstream...Y si la mainstream se pone incómoda al hablar de dinero ¿entonces quién lo hace?)


Quizás aquí es oportuno recordar el punto de vista de Marx sobre los valores de uso. Éstos, nos dice en varios textos, no nos dicen nada sobre las relaciones sociales de producción en las que existen. La importancia de todo esto para discusiones sobre la destrucción ambiental es que las fuerzas económicas detrás de la destrucción ambiental se expresan en magnitudes monetarias.

(Confieso mi limitada capacidad de comprensión. No entiendo como se hilan los últimos 3 párrafos. Qué lugar tienen los valores de uso marxianos? No acaso se encontraban estos a voluntad de los de cambio? De los precios relativos? La última frase, por lo demás, es falsa. Las fuerzas económicas detrás de la destrucción no se expresan en magnitudes monetarias. Que Nadal nos ilustre con algunos ejemplos con la etiqueta del precio a su lado, por favor.)


Una macroeconomía insuficiente con pésimas consecuencias para las políticas económicas
3. Para Daly, el problema central de nuestro tiempo es determinar la escala óptima de nuestras economías. Por eso recomendó desde 1991 (en un famoso artículo en Land Economics) el desarrollo de una macroeconomía ambiental. Pero su visión sobre la teoría macroeconómica y sobre las prioridades de la política macroeconómica deja mucho que desear. En Daly (2002) señaló que la política macroeconómica está obsesionada por el pleno empleo, la lucha contra la inflación y el crecimiento ininterrumpido. La realidad es que desde los años ochenta, la prioridad de la política macroeconómica en la gran mayoría de los países ha sido la estabilidad de precios. Para lograr la estabilidad de precios se pregona la austeridad fiscal y una política monetaria contraccionista. Los objetivos de pleno empleo y crecimiento fueron abandonados desde esos años. Claro, la expansión del sector financiero provocó la generación de burbujas y episodios de bajas tasas de interés, pero el marco de referencia siguió siendo la estabilidad de precios.

(Nadal no conoce la diferencia entre polica monetaria y política económica, política de oferta agregada y politica de demanda agregada, política de corto y de largo plazos. Y como esa distinción no está clara, no vale la pena abundar. La labor de Daly no es perfecta, qué duda cabe (¿la de quién sí?) Pero críticarla desde los Mediterráneos sin descubrir pues no tiene mucho caso.)


Los seguidores de la recomendación de Daly han recurrido al modelo IS-LM para introducir un componente ambiental. Pero tal parece que no se han percatado de dos cosas. Primero, que ese modelo fue el vehículo que el establishment académico utilizó para desvirtuar y asimilar los principales mensajes de la obra de John Maynard Keynes.

(WOW!! Los seguidores de la recomendación de Daly que hemos recurrido al IS-LM-EE seremos como 5. (Heyes, Lawn, algun estudiante de maestría cuyo nombre se me escapa, y SSS.) Ojalá me equivoque y seamos más, pero lamentablemente la inclusión de dicho componente ecológico en el IS-LM no pegó. No vale desacreditar la econecol con lo que menos de 10 autores, exagerando, han hecho con ese modelo. Además, todos estos casos, que conozco muy bien, pues como dije sobre eso hice mi tesis de grado, tienen como objetivo más bien poco ambicioso el de "enverdecer" la macro de libro de texto. La macro con la que se dan clases en las universidades. El objetivo era construir una herramienta con la que transmitir los preceptos, conceptos, ideas, teorías, etc., de la EE a los estudiantes de economía, de forma tal que se les metiera el gusanito de ponerse a estudiar sustentabilidad y demás. Nada más. Nadal le asigna a esta minúscula literatura un papel que le queda enooorme. Ahora, sus comentarios sobre el Keynesiamismo bastardo pues no caben aquí.)

Los principales mensajes de la obra de Keynes estaban relacionados con la inestabilidad de las economías capitalistas, la incertidumbre que rodea las decisiones de inversión (y la demanda de moneda en general), así como las relaciones entre el sector financiero y los sectores reales de la economía. Ya conocemos la historia: la academia convencional los encontró demasiado subversivos y se dedicó a destruirlos. Parte del éxito del establishment, con los Hicks, Samuelson y Modigliani a la cabeza, se debió a que el propio Keynes no llevó a cabo una crítica más clara y decidida sobre la teoría económica convencional. Si tomamos ese antecedente en cuenta, es claro que el pronóstico para la escuela de economía ecológica no es muy halagüeño.


(Lo dicho. Punto.)


Nota: [1] Alejandro Nadal: Rethinking Macroeconomics for Sustainability (Zed Books, Londres, 2011).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Daly, H. (2002). "Elements of Environmental Macroeconomics" en M. Munasinghe (editor),Macroeconomics and the Environment. Cheltenham: Edward Elgar. (Originalmente publicado en 1991 enLand Economics).
Kandelaars, P (1999) Economic Models of MaterialProduct Chains for Environmental Policy Analysis. Kluwer Academic Publishers.
Ibenholt, K. (2002) "Materials Flow Analysis and Economic Modelling", en R. Ayres y L. Ayres (editores),A Handbook of Industrial Ecology. Cheltenham: Edward Elgar.
Alejandro Nadal es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso.
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Moraleja:  Osea que toma una de las muchas cosas que hizo Daly (la macro ambiental) y media docena de su prole (los del IS-LM-EE, entre los que me cuento, con el objetivo de enverdecer un poco la enseñanza de la macro) y le asigna un papel que no le va (el de las grandes explicaciones, por llamarles así) para criticar la base analítica (el flujo circular) y decir que todo el campo de la EE tiene insuficiencia teórica. No habla de todo lo demás, todo lo que sale publicado en la journal, por ejemplo, ni de todo de lo que se habla en las conferencias internacionales. Es decir, no habla de lo que verdaderamente hace el grueso de los economistas ecológicos.


Si vamos a ponernos a criticar un campo, hagamos referencia al campo mismo. Si no, pues pongamos los nombres y los títulos que se merecen las piezas, por elemental respeto a los lectores y a los integrantes del campo en cuestión. ¿o no?

Portrait of the 2009 Laureates in Economic Sciences - Media Player at Nobelprize.org

Portrait of the 2009 Laureates in Economic Sciences - Media Player at Nobelprize.org

Breve documental sobre Elinor Ostrom, la Nobel 2009 de Economía. Estupendísimo.

La segunda parte es de Oliver Williamson, también Nobel 2009 de Economía

Moraleja: Dele click al título de la entrada pa'ir al videín

La tarifa única de agua

La CONAGUA dice que quiere una tarifa única a nivel nacional.

Aquí la nota
http://excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=706469

¿Es esta buena idea?

El objetivo es, dice Luege, tarifas "justas, reales y con subsidios transparentes."

De botepronto, mi tripa me dice que no. Puede ser que Luege sepa algo que yo no, y que yo esté dejando algo demasiado importante fuera del razonamiento, pero creo que no es buena idea. La tarifa única podra ser todo lo real que quieran (lo que quiera que eso quiera decir), y podrá transparentar todos los subsidios que quieran, pero no es ¨justa".

Veamos.

Una tarifa única a nivel nacional genera subsidios por un motivo principal: el agua está "encerrada" geográficamente, así que no hay mecanismo de arbitraje que tienda a igualar los costos de producción y extracción entre diferentes regiones. Estos costos son diferentes por razones técnicas dependiendo de la zona.

(Aunque hay que calificar esto. El petróleo no está "encerrado" geográficamente en el sentido en que se transporta alrededor del globo. Aún así, no hay un único precio internacional. Lo que pasa con el petróleo, que seguro ocurre con el agua también, es que se presenta con calidades distintas, por lo que los costos de su utilización varían con la calidad. Al agua hay que tratarla para consumo humano directo, aunque no necesariamente para uso agrícola... )

Digamos que la tarifa única se pone de acuerdo a la region con el menor costo de suministro. Los consumidores de las demas regiones recibirían un subsidio (bien transparente, eso sí) que crecerá conforme más costoso sea distribuir el agua (con una esperable correlación con el grado de escasez). La tarifa única estaría poniendo un velo a la escasez relativa, haciendo que los consumidores en, digamos, el norte del paìs, donde apenas hay agua, paguen cuotas del sur, donde hay mucha, por ello no estableciendo el incentivo adecuado para reducir el consumo etc. Los ganones son los consumidores pero el perdedor es el dueño del recurso, el Estado. Ademas, un esquema tarifario con esas distorsiones con relación a la disponibilidad no contribuye al uso sustentable del agua...

Si la tarifa única se pone de acuerdo a la región del mayor costo, siendo presumiblemente donde el agua es más escasa, entonces los consumidores de las regiones con más agua estarían "disfrutando" un subsidio negativo, o un impuesto más bien, al pagar una tarifa que más que cubre los costos operativos de sumistrarles el agua, sobrevalorando también la escasez relativa del recurso. Los perdedores son los usuarios, pero el ganón ahora es el Estado.

Una tarifa intermedia distribuye las pérdidas y ganancias entre el Estado y los consumidores, generando un potencial conflicto de intereses en el que la justicia, o la racionalidad económica, no está invitada a la mesa necesariamente.

¿Tiene sentido esto? ¿Qué sabe Luege que se me escapa?

Moraleja.
Luege parte de que la disparidad tarifaria por regiones no es deseable. Yo no entiendo por qué no!! Yo creo que en la medida en que dicha disparidad tenga racionalidad económica (reflejando escasez relativa y costos de oportunidad) sí que lo es.


Moraleja II
Caigo en cuenta que si Luege se refiere a la disparidad entre usos, pues allí la cosa tiene más sentido. Aunque no necesariamente. En la medida en que un sistema económico descanse en un sistema hidrológico integrado, en el sentido en que haya competencia entre usos por la misma agua, pues entonces sí, el costo de oportunidad sube y conviene que todos los usos en competencia enfrenten el mismo precio. Pero si no, si el sistema económico descansa en sistemas hidrológicos no interconectados, entonces el costo de oportunidad entre cuencas comienza a variar (mas bajo donde domine la irrigación, más alto donde domine el uso industrial), y la tarifa única comienza entonces a introducir distorsiones no deseables... No por nada creo que la economía del agua es de las más complicadas entre las economías de los recursos naturales...

Sobre ortodoxias ...

La nueva ortodoxia de algunos sectores de la izquierda, incluso los que yo pensaría son menos propensos a buscar el aplauso fácil, como la revista Sin Permiso, es la de decir que la ortodoxia económica (la que ellos llaman "ortodoxia" en todo caso) esta acabada. También es ortodoxia para ellos la de fundamentar lo anterior no en estudios propios que los lleve a esas conclusiones, o de menos en miembros de esa ortodoxia que piensen de esa manera, sino en opiniones muy subjetivas que resultan muy a modo por personas que bien podrían tener agendas políticas medio oscuras o poco claras.

Me había llamado la atención que los de Sin Permiso (la versión electrónica, de menos) habían reproducido el texto de Paco Ignacio Taibo II que La Jornada sacó. (El de las ocho tesis, al que bien podría contestársele con 8 tesis exactamente en dirección contraria y no perder validez epistémica... o más bien, no ganar validez epistémica...) Ya se sabe que los de La Jornada publican lo que sea. Pero me extrañaba que ahora los de Sin Permiso reproducían la cuestión. No tengo nada contra PIT, pero ese texto es poco serio, por decir lo menos.

Pues en la misma andanada los de SP reproducen el texto de abajo, de un analista "de los más respetados en EU", dicen. Yo, desde mis muchas ignorancias, no lo conocía. Pero ya veo a las ortodoxias de las llamadas izquierdas hablar de economía como si supieran repitiendo medio acríticamente lo que se lee en ese texto, que reproduzco abajo para solaz esparcimiento---  comento en rojo, no sin guardarme alguna que otra ironía según convenga...



La macroeconomía ortodoxa está acabada, lo que pasa es que no todos los zombies que la practican reconocen que están muertos

Randall Wray · · · · · 



La violencia, desde ya, en el mismo título...Veo que esta es la version original en inglés... y tiene un título bien distinto... algo le pasó a la traducción en el camino...

El texto que sigue es el de una conferencia dictada en el simposio de la ASSA [Unión de Asociaciones de Ciencia Social, por su siglas en inglés] celebrado en Denver la pasada semana, en una mesa organizada por James Galbraith ("El paradigma económica bajo presión") y patrocinada por Economistas por la Paz y la seguridad.
Como es harto sabido, la Reina preguntó a sus economistas porqué ninguno vio venir la crisis. Ni que decir tiene, la respuesta es complicada, pero parte de la misma tiene que buscarse en la evolución de la teoría económica en el período de postguerra: desde la "Edad de Keynes", pasando por la era friedmanita y el regreso de la virulenta teoría económica neoclásica, hasta, finalmente, el Nuevo Consenso Monetario, con una nueva versión antikeynesiana de los ajustes ocasionales realizados por un banco central eximido de rendir cuentas a nadie ("independiente").

Aqui se acaban las esperanzas de un análisis serio e imparcial.. la economía "neoclasica", adjetivo que creo ya anacrónico, es virulenta; y además, si el banco central es independiente es porque no le rinde cuentas a  nadie... JA! Lo que es no mirar la historia de inflación en el siglo XX (que explica que la independencia del BC es, más bien, para que las autoridades fiscales tengan a quién rendirle cuentas!.. Pero bue... sigamos...
No podemos dejar de lado los desarrollos paralelos en la teoría financiera –con su hipótesis de los mercados financieros eficientes— y la subsiguiente desregulación y de-supervisión que llevaron a la financiarización de todo.
Pero para hacer corta una larga historia: si tu teoría dice que es imposible un colapso global, no lo verás venir. Y lo cierto es que, como ha sostenido Jamie [Galbraith] en su gran libro El Estado predador, nadie, salvo en Chicago y en otros institutos de investigación pretendidamente superior, tomó jamás en serio el mantra del libre mercado: fuera de las torres de marfil, nunca pasó de ser ese mantra una consigna, una justificación del enriquecimiento de la minoría con poder.
Como Jamie [Galbraith], yo creo también que la macroeconomía ortodoxa está acabada; lo que pasa es que no todos los zombies que la practican reconocen que están muertos. Luego del estallido de la crisis, Jamie, Duncan Foley y yo fuimos invitados por la Universidad de Chicago ha discutir en mesas redondas con una docena o así de Chicago boys.
Ninguno de ellos –la cosa difícilmente resultará sorprendente— se mostró dispuesto a apearse de su dogma de los mercados libres y eficientes: la crisis estaba causada por un exceso de interferencias públicas. Solución: más desregulación. Y tras tres años de crisis, quienes nunca la vieron venir dicen observar indicios de recuperación por doquiera que miran.
El viejo "nosotros tenemos la neta y ellos son bien malos"... en donde se ha visto??
Sólo la academia está desnortada. Quienquiera que actuara en los mercados financieros la vio venir: en realidad, planificaron dándola por hecha, y trabajaron con denuedo para provocarla; sacarían beneficio por el camino, y aún mayor beneficio cuando llegara el colapso recogiendo ganancias en sus apuestas en los mercados de derivados financieros de impagos crediticios (CDS) y robando todas las viviendas.
Hipótesis que no se sostiene en la era de la información en tiempo real...  
Es la sociedad de propietarios de Bush, y el objetivo fue siempre transferir toda la propiedad a los de arriba por la vía de crear burbujas en serie: lo que Michael Hudson llama Burbujonia: el mayor despojo de tierras desde el movimiento de cercamiento y privatización [en la Europa de los siglos XVI-XVIII].
Pues no señor; no hay recuperación. Los bancos son más insolventes hoy –masivamente insolventes— que hace dos años. Están cocinando sus libros de contabilidad para poder pagar bonos a sus ejecutivos y remunerar a los intermediarios financieros y a los operadores de ejecuciones hipotecarias por su exitosa labor de transferir toda la riqueza a la elite.
Pero Jamie me ha pedido que hable hoy aquí sobre la situación de la teoría económica, no de la economía.
O de como cuesta trabajo en centrarse en lo que venimos a hacer... pero ya estando en donde estamos, pues se aprovecha la oportunidad de decir que nosotros somos bien chidos y los otros no...
Y me voy a centrar en un zombie que nada particularmente necesitado de una estaca de madera en el corazón o de una bala de plata en la cabeza: el llamado Nuevo Consenso Monetario. Se trata de una versión actualizada del viejo pseudokeynesianismo bastardo del modelo ISLM.
La idea es que la inflación ralentiza el crecimiento, razón por la cual hay que combatirla diligentemente. La Reserva Federal mantendrá bajas la expectativas de inflación, la inflación será baja y el crecimiento, robusto.
ISLM? con inflación? no pues no entiendo mucho me cae! ISLMs hay muchos, casi al gusto. Los que me son familiares y que pueden incluir inflación (pues la versión Wikipedia a la que enlanza SP no puede incluir inflacion, pero el traductor, creo, no se dio cuenta de eso), es la familia de modelos dinámicos, como el de Blanchard. Y aún en esos, los precios pegajosos, no la inflación, es lo que ralentiza el crecimiento.. Pero sigamos...
Todos los eslabones de esta cadena de razonamiento son deliciosamente ilusorios.

En este punto, el lector debiera tenerlo claro...
Se supone que la Reserva Federal maneja las expectativas convenciendo a los mercados de que controla la inflación, y mientras controle las expectativas, controla la inflación.
O de cómo pase de noche mi curo de teoría de juegos, y de cómo no he aprendido el concepto de equilibrio de reputación y la credibilidad... 
Pero si no puede controlar las expectativas, no puede manejar la inflación, y todo queda en agua de borrajas. ¡Menudo alfilerillo del que prender toda la política pública!
Y así quedan destruídas 3 décadas de teoría monetaria técnicamente muy solvente... En qué piensan los economistas???
Y en cualquier caso: ¿por qué habría de generar crecimiento robusto una inflación baja? Pues porque…, bueno, porque lo dice la Reserva Federal, a redropelo de cualquier prueba empírica.
Bueno, que salgan las pruebas empíricas de crecimiento robusto con inflación de 60% o, ya en estas, de 580%... qué mejor contraejemplo que ese...
Ahí afuera, en el mundo real, las meras expectativas no pueden gobernar ningún fenómeno económico: las expectativas de inflación sólo determinarán la inflación real si quienes de verdad pueden influir en los precios actúan sobre esas expectativas. Y la inflación por debajo del doble dígito jamás ha sido un freno al crecimiento económico.
Aquí ofrezco el párrafo original, al que tuve que acudir (perdón por el traductor):
Out in the real world, expectations alone cannot govern any economic phenomena: inflation expectations will determine actual inflation only if those with ability to influence prices act on those expectations. And inflation below the high double digits has never proven to be a barrier to economic growth.
Puf. Bienvenidos al país de Perogrullo. Y qué piensa Wray? Qué clase de prueba requiere. De lo que sí hay prueba es que las inflaciones de 2 dígitos empobrecen a los pueblos. Por décadas. Que alguien le diga por favor!!
Tomemos la situación actual a modo de ejemplo. Hemos pasado a una nueva emisión, por la Reserve Federal, de flexibilización cuantitativa (QE2), una aplicación del Nuevo Consenso Monetario (NCM).
Declaro mi ignorancia ante tal NCM, con tanta pompa y circunstancia...
El helicópero cargado de dólares de Ben [Bernanke] va a inyectar billones de dólares en la economía, supuestamente para crear expectativas de inflación a fin de contrarrestar las fuerzas deflacionarias del mundo real. Ello es que muchos extremistas políticos están esperando realmente la llegada de la inflación y corriendo como pollos sin cabeza comprando oro y disparatando sobre la hiperinflación y el colapso del dólar. Y sin embargo, de inflación, nada de nada. ¿Por qué?
Aquí se refiere a Glen Beck, seguro, referencia de trascendencia en el mundo de la economía seria, como ya se sabe!! Ven? Ven? Ven lo que las izquierdas leen para enterarse de economía??
Porque quienes de verdad tendrían poder para imponer precios –las grandes corporaciones empresariales y los sindicatos— no pueden crear inflación. Los trabajadores no pueden aumentar sus salarios, dado el desempleo masivo; y las empresas no pueden aumentar los precios, dadas las presiones competitivas. Así que, por fuertes que sean las ansias subjetivas de creer, nada pueden esas ansias frente a unos hechos objetivos enterquecidos.
No lo puedo evitar. Tengo que parafrasear esa figura de nuestra cultura cultural: SIC de la redacción!!! Impresiona, de verdad, la profundidad del análisis económico de este párrafo. Sigo en shock....
Terminará por verse que los extremistas andan muy equivocados. La Reserva Federal no puede crear inflación. En manos del banco central está el poder para bajar el precio de las reservas –el tipo de interés interbancario a 24 horas— tan cerca de cero como quiera. También puede bajar los tipos de interés a más largo plazo sobre activos que esté dispuesto a comprar, pero eso tiene un límite práctico, superior a cero, basado en lo que Keynes llamó la regla del cuadrado.
Ellos siempre estan equivocados. Qué duda cabe? 
Supuestamente, la flexibilización cuantitativa bombea dinero hacia la economía, a fin de generar gasto y crear expectativas de inflación. Pero todo lo que consigue es substituir letras del Tesoro por reservas en los libros de contabilidad bancaria, rebajando los ingresos por intereses. La flexibilización cuantitativa no funciona porque:

• (1) la reservas bancarias adicionales no permiten o no estimulan un mayor préstamo bancario;

• (2) los efectos del tipo de interés son, a lo sumo, pequeños, y quedan anegados por la furia desapalancadora del sector privado;

– La mejor estimación, basada en el estudio de la Reserva federal neoyorquina: 18 puntos básicos

• (3) las ventas de letras del Tesoro no pasan de ser una permuta financiera que reduce el vencimiento de los activos del sector privado, pero no aumenta los ingresos del sector privado; y

• (4) dado el reducido vencimiento de los portafolios del sector privado, la reducción del ingreso por intereses podría llegar a tener efectos reales deflacionarios.
Confieso. No entiendo ni jota.
Pero todo eso ya lo sabíamos: Japón ha venido practicando la flexibilización cuantitativa durante 20 años, buscando crear expectativas de inflación y contrarrestar los vientos deflacionarios. Es interesante comparar la experiencia japonesa con la estadounidense (hasta ahora), observando la siguiente serie de tres gráficos: 





Como dicen, la historia nunca se repite; pero en este caso, rima estupendamente. Sólo la locura podría llevarnos a seguir la senda japonesa y esperar resultados distintos.
Se me permitirá terminar mi crítica del Nuevo Consenso Monetario con una observación de un Galbraith, esta vez John Kenneth:
"Para frenar el desempleo y la recesión en los EEUU, así como contener el riesgo de inflación, la entidad que se precisa es la Reserva Federal (…) Durante muchos años (y los que seguirán) se ha hallado ésta bajo la dirección, desde Washington, de un presidente harto respetado (…) La institución y su máximo dirigente constituyen la respuesta autorizada tanto al auge y la inflación como a la recesión y la depresión (…) Se considera que las tranquilas medidas respaldadas por la Reserva Federal son las acciones económicas más aptas y más aceptadas. También son patentemente ineficaces. No logran lo que se supone que logran. La recesión y el desempleo o el auge y la inflación siguen su curso. He aquí nuestra forma de fraude más estimada, y si bien se mira, la más evidente."
Aun si la teoría económica "keynesiana" de la inmediata postguerra tenía muy poco que ver con Keynes, al menos guardaba cierta relación con el mundo real. Lo que pasaba por macroeconomía en el precipicio del colapso global no tenía ya nada que ver con la realidad: resulta tan pertinente para nuestra economía como la teoría de la tierra plana para la ciencia natural.
En suma: esperar que los economistas de la Reina pronostiquen la crisis sería como poner a los partidarios de la teoría de la tierra plana al frente de una nave espacial de la NASA y esperar que hagan predicciones exactas de los puntos de regreso y aterrizaje del ingenio aeroespacial. Huelga decirlo: los consejeros económicos de los presidentes Bush y Obama no podían hacerlo mejor.
Refiriéndose al trabajo de los economistas más célebres de los últimos treinta años, Lord Robert Skidelsky ha dejado dicho lo que sigue: "Raramente en la historia se han entregado mentes tan poderosas a ideas tan extravagantes". Pero no eran sólo ideas extravagantes: las ideas de los Larry Summers, Bob Rubin, Greg Mankiw, Marty Feldstein, Ben Bernanke y John Taylor de este mundo tenían, encima, mucho peligro.
Sin embargo, un economista sí consiguió acertar, y vio venir la crisis. Fue Hyman Minsky. Su teoría decía que "ello" podía repetirse: las fuerza del mercado son desestabilizadoras.
Aqui estoy perdido. Perdido. 
La economía salida de la II Guerra Mundial tenía un sistema financiero robusto: apenas deudas privadas, y una montaña de deuda pública sana y líquida. Varias reformas del New Deal y de la posguerra lograron estabilizar la economía: una red de bienestar que estabilizó el consumo; una estricta regulación financiera; leyes de salario mínimo y de sostén a los sindicatos; hipotecas a bajo coste y préstamos baratos a los estudiantes, etc. Y el recuerdo de la Gran Depresión, disuasorio de comportamientos económicos de riesgo.
Paulatinamente, todo fue cambiando: los recuerdos se desvanecieron, la autorregulación desplazó a las regulaciones financieras, los sindicatos perdieron poder y sostén público, la globalización trajo consigo una presión competitiva a la baja sobre los salarios, y la red de bienestar social fue deshilachándose. Además, las empresas ávidas de beneficios y las instituciones financieras tomaran cada vez más riesgos con unas finanzas cada vez más precarias. Creció la tendencia a la fragilidad. Eso "lo" hizo posible, de nuevo.
Aunque la mayoría de los que apelan a Minsky se centran en el crash, él creía que la inestabilidad principal es una tendencia hacia una euforia explosiva. Alta demanda agregada y altos beneficios ligados a un alto nivel de empleo aumentan las expectativas e incentivan cada vez más las aventuras arriesgadas basadas en compromisos y opciones de ingresos futuros que no se realizarán.
Una bola de nieve de quiebras lleva entonces a la deflación por deuda y a altos niveles de desempleo, a menos que haya mecanismos de "interrupción de circuitos" que intervengan para frenar las fuerzas de mercado. Los principales interruptores de circuitos son el Gran Banco (el banco central como prestador de último recurso) y el Gran Gobierno (los déficits presupuestarios contracíclicos).
Y hete aquí que, ay, ay, ay, ¡hemos tenido un Gran Banco y un Gran Gobierno! De consuno, el equipo formado por Benny [Bernanke] y Timmy [Geithner] han gastado, prestado o garantizado la friolera de 25 billones de dólares en nombre del Tío Sam. Y ni siquiera eso es bastante. "Ello" sigue ocurriendo.
El problema es que el grueso de eso lo ha hecho el Gran Banco Fed con el propósito de ayudar a las entidades financieras, buscando reflotar los desvalorizados activos de las mismas. La teoría en que eso se fundaba: necesitamos un capitalismo de gestores del dinero, y la única esperanza de mantenerlo pasa por hinchar otra burbuja.
Ya no sé de qué estan hablando... La traducción es malita malita...creo
No funcionará. El problema es la financiarización, no una estrategia económica sostenible. Lo que necesitamos es, antes bien, girar hacia un anticuado New Deal keynesiano-minskyano basado en el empleo, los salarios crecientes y el consumo, especialmente consumo público, unas finanzas contenidas y disminuidas, y mayor igualdad. También hay que disminuir la política monetaria, y en cambio, la política fiscal debe desempeñar un papel mucho mayor. No pequeños ajustes ocasionales, sino una presencia positiva y permanente para contrarrestar y guiar y servir de suplemento al propósito privado.
Disminuir la política monetaria. Si. Aumentemos la política fiscal, y multipliquemos por dos la política política... lo que quiera que eso quiere decir...
Lo más importante: tenemos que disponer de una teoría aplicable al mundo en que realmente vivimos, no de una teoría imaginariamente representativa de agentes que asignan recursos a lo largo de una senda de consumo óptimo.
2 palabras. No comments! Ya lo dijo el divo de Juárez: No vale la pena!
Por eso estamos encaramados a las espaldas de gigantes como Minsky: en la tradición de la ciencia económica heterodoxa.
L. Randall Wray es uno de los analistas económicos más respetados de Estados Unidos. Colabora con el proyecto newdeal 2.0 y escribe regularmente en New Economic Perspectives. Profesor de economía en la University of Missouri-Kansas City e investigador en el "Center for Full Employment and Price Stability". Ha sido presidente de la Association for Institutionalist Thought (AFIT) y ha formado parte del comité de dirección de la Association for Evolutionary Economics (AFEE). Randall Wray ha trabajado durante mucho tiempo en el análisis de problemas de política monetaria, macroeconomía y políticas de pleno empleo. Es autor de Understanding Modern Money: The Key to Full Employment and Price Stability (Elgar, 1998) y Money and Credit in Capitalist Economies (Elgar 1990).
Traducción para www.sinpermiso.info: Miguel de Puñoenrostro
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Moraleja:
Numero de entradas que mencionan a Wray en el blog de Mankiw; Cero
Número de entradas que mencionan a Wray en el blog de Krugman: Cero
Número de entradas que mencionan a Wray en la docena de blogs de economía a los que estoy suscrito: Algunas, Sí. Veamos, por ejemplo:
Esta, Esta, Esta, y sería.
Lo dicho. Hay que ser escépticos ante quienes se presentan como teniendo la neta y siendo "los más respetados en la cuadra". La manía de las izquierdas de arrimarse a estas interpretaciones es más compleja, y conviene hablar sobre ello...