La blogósfera ante "Hacia un nuevo curso de desarrollo"

Un grupo de 17 investigadores y políticos han sacado un documento llamado México frente a la crisis: Hacia un nuevo curso de desarrollo

Gerardo Esquivel, uno de los autores del documento (y autor de El Placer de Disentir, tal vez una de las bitácoras en economía más visitadas en México), tiene una entrada aquí sobre tal documento.

Ricardo Medina, cuyas posiciones respecto a la econometría han sido comentadas en esta bitácora, sacó, de botepronto, un comentario polémico, que puede ser visto aquí, gracias al Google Cache, según un comentarista anónimo al blog de Esquivel. Hay que buscarle en la lista de comentarios (si ayuda a encontrarlo, es el realizado en 19/09/09 a la 1.26pm) Como se ve, Medina se lanzó con todo...

Después de un conjunto de críticas, Medina retiró el comentario inicial, aduciendo "honestidad intelectual" y suplántando la entrada por esta otra.

Me parece que se vale equivocarse y rectificar. Pero eso no justifica, en mi opinión, que él haya borrado la entrada original. Si uno se lanza en público a opinar, arriesgándose a la equivocación y la potencial rectificación, la honestidad intelectual llevaría a dejar todo visible para todos. Así cada quién podrá evaluar las acciones con toda la información a la vista. Una vez borradas las críticas originales, los comentarios posteriores de RMM pierden credibilidad: uno no sabe si lo que uno lee se va a borrar más tarde, cuando el ánimo sea otro...

En fin.

[ACTUALIZACIÓN: Lamentablemente parece que el ánimo cambió, pues Ricardo Medina volvió a modificar la entrada. Así que ahora tenemos 3 versiones de la misma entrada: la original, que puede leerse en los comentarios del blog de Esquivel. Una segunda entrada, ahora desaparecida, y la tercera, que es la visible en el vínculo previo. Había considerado pertinente comentarle a RMM la segunda entrada. Pero ahora dichos comentarios aparecen como realizados a la tercera entrada, un poco fuera de contexto... Por eso prefiero la política de no eliminar lo publicado, así todo queda visible y se impiden situaciones como ésta...]

Pero volvamos al documento. La primera página de la primera sección empieza así:
...y ya decepciona. Es la primera frase, destinada a lanzar hechos duros, un gancho hacia el resto del documento, y me parece que no es muy buena elección. ¿Son 7? ¿Son 8? ¿No podemos dejar esto en claro? ¿No hay en economía una intención exactificadora? Sabemos que hay incertidumbre en muchos fenómenos económicos, pero esto es historia, son meras cuentitas. A ver. Se puede considerar 2008 y 1929. Son 79 años. Casi 8 décadas, pero aún 7. Ahora, si se toma en cuenta la duración estimada de la presente crisis sí que pueden ser 8 décadas (desde 1929 hasta, digamos, 2012, cuando la contracción actual sería historia, al menos para el resto del mundo).

¿Cómo salvar esta ambigüedad? Se puede poner "...la mayor contracción económica desde la crisis que iniciara en 1929". O algo por el estilo. Asunto resuelto. Se atiende la convicción exactificadora, y se elimina la ambigüedad siempre que se puede. Puede ser un asunto menor, de mera redacción. Pero me parece que hay que tener cierta exigencia dadas la importancia y la relevancia pretendidas del documento, y cuando tiene tal directorio de autores...

Con todo, ya sea pensando que es un error, o que es un asunto de la menor importancia, este hecho no debiera detener la evaluación de la materia que el documento pueda ofrecer por sus propios méritos (no por quién los escribe, ni por cómo este presentado...) Esperemos que, como reza el dicho, forma no sea fondo...

Políticamente cómodo...

Como sabemos, ayer un avión de Aeroméxico fue secuestrado por un pastor cristiano de nacionalidad boliviana. (Realmente, a decir del pastor, lo acompañaban tres en la intercepción -el padre, el hijo y el espíritu santo). Ya aparecen las versiones del complot:


Hay dos posiciones: creer que es un montaje, o creer que es un evento "auténtico", por así decir. La creencia del montaje no se sostiene por lo siguiente:

  • Si todo fue armado, si el gobierno federal tiene suficiente poder organizativo para simular exitosamente un secuestro, ¿por qué elegir un pastor cristiano y no un verdadero grupo terrorista?
  • Si todo fue armado, ¿por qué no poner una bomba de verdad, para ganar credibilidad?
  • Si todo fue distracción, ¿Qué hubiera pasado, ausente el secuestro, ante el anuncio de los nuevos impuestos y del "violento" paquete económico? ¿Se hubieran lanzado las masas a las calles, levantado barricadas, clausurado el congreso de la unión y marchado hacia Los Pinos? Pues no. No hubiera pasado nada. No hay caso. No hay motivo para distraer una opinión pública que de por sí no pone mucha atención...
  • El señalamiento de que es inverosímil que con un par de latas de jugo "puedas secuestrar un avión" pierde el punto y se deja llevar, como Muñoz Ledo, por lo mediático del asunto. Es irrelevante. Seguramente se puede hacer lo mismo sin latas de jugo de por medio (ante lo cual no hay falla de seguridad posible, y la tesis de Monreal se desmorona: la seguridad en Cancún no pudo detectar una bomba que no existe. Tal vez en el monitor sólo se veían latas de jugo Júmex, y "¿qué daño pueden hacer?") Un secuestro puede ser con demostración de fuerza osténsible (mostrándo las pistolas, las metralletas y demás), o jugando un juego de credibilidad. Éste fue un juego de credibilidad. El cantante cristiano le dijo a la azafata que tenía bomba. ¿Qué debe hacer la azafata? ¿Decirle "ah sí? a verla!"? Pues no. Tiene que creerle. No hay otra opción. La respuesta fue la adecuada. Es irrelevante si había o no bomba. Lo mismo, exactamente lo mismo, pudo haber ocurrido sin latas de jugo de por medio. La respuesta policial, ahora ridiculizada, fue la correcta: qué tal si todo era cierto? qué tal si se trataba de un grupo terrorista? que tal si la bomba existía? Pero bueno. Tal vez por decir que la respuesta policial parece la adecuada ante un evento auténtico me arriesgo a que ante "la izquierda" sea un calderonista... Así se las gastan...
  • El montaje desestima resultados posibilitados por el folclore latinoamericano. La posición que defiende el montaje tiene la carga de probar que tiene mayor probabilidad una situación en la que un gobierno puede orquestar exitosamente un evento como ese que una situación en que todo el asunto sea auténtico.
Asi que no hay evidencia que permita rechazar la hipótesis de que no fue orquestado. Me parece que el asunto cae dentro del mundo de lo posible, dada la amplitud de nuestro folclore.

Pero es políticamente cómodo dejar de buscar explicaciones factibles de un mundo muy complejo (que por tanto hacen poco trivial el proceso de fijar posiciones) para imaginarse mejor mundos facilitos en los que el enemigo, en este caso Calderón y el neoliberalismo, tienen la culpa de todo, desde el virus H1N1 hasta el secuestro por fanatismo religioso...