La ciencia oscura y el naturalista económico de Frank

En agosto 12 de 2007, el NYT publicó el siguiente artículo de Robert Frank.
La idea central: si no has entendido nada de tus cursos introductorios de economía no te preocupes: es muy probable que tu profe tampoco. (Y luego hay que preocuparnos todos.)

Frank sugiere un enfoque interesante que nunca había visto yo en un libro de texto introductorio. Ha sido muy grato leer el que tiene con Ben Bernanke, "Principios de Economía". 

Al leer el libro de Bernanke/Frank, del que diremos más en ocasiones futuras, me recordaba los libros introductorios que me tocó llevar a mí hace (ya) más de 10 años. Percibo un mundo de diferencia... La economía vaya que se ha revolucionado. Y el mensaje por ahora es que las ideas fundamentales de la economía moderna (la interacción estratégica, la importancia de la información, la vieja dicotomía (muy imprecisa, en mi juicio) mercado/Estado, el problema regulatorio, la credibilidad, la economía del comportamiento, las expectativas racionales,...) no requieren fórmulas matemáticas (simples o complejas) para transmitirse. El libro hace un excelente trabajo para explicar con ejemplos los conceptos...y varios de ellos me han quedado más claros ahora (y no cuando "los ví" en griego en algún paper o manual avanzado...)

A continuación me tomo la libertad de traducir y reproducir el artículo de Frank, esperando que no consideren (el NYT y RHF) que se me he pasado de la raya... Aquí el vínculo al originial. Se han guardado los vínculos que Frank incluyó.




August 12, 2007
Economic View

The Dismal Science, Dismally Taught

En los años setenta, cuando comencé a enseñar economía, noté que la gente se desilusionaba cuando les decía cómo me ganaba la vida. Al preguntarles por qué, muchos dijeron algo así: "Tomé Econ 101 años atras, y ahí estaban todas esas ecuaciones y gráficas horribles."

Sus memorias de terror estaban justificadas, aparentemente. Estudios han demostrado que en examinaciones sobre el conocimiento de principios económicos básicos, a los estudiantes que han completado un curso introductorio de economía no les va mucho mejor, en promedio, que a aquellos que nunca han tomado uno.

En otros sectores de la economía, un desempeño tan oscuro puede de plano provocar una mala práctica. Sin embargo, en el sistema universitario, los estudiantes y sus padres se someten a esta situación año tras año.

¿Por qué los cursos de economía introductoria no son más efectivos? Una posibilidad es que los profesores intentan enseñar demasiado a los alumnos. Un curso típico bombardea a los estudiantes con cientos de conceptos, muchos de ellos transmitidos a traves de ecuaciones y gráficas complejas. El formalismo matemático que se ha convertido en el sello de la casa de la investigación económica ha permitido un entendimiento profundo. Sin embargo, se ve que no ha ayudado a los estudiantes de introducción a la economía en su proceso de aprender pincipios económicos básicos.

En un artículo reciente, Paul J. Ferraro y Laura O. Taylor, economistas ambos en Georgia State University, sugieren una posibilidad más problemática: que los mismos maestros de economía introductoria no dominen algunos conceptos básicos. A partir de una descripción de alguna actividad, los autores pidieron a una muestra de 199 economistas profesionales identificar su costo de opotunidad. Sólo uno de cada cinco respondieron correctamente.

Las buenas noticias es que existe un enfoque que ha revolucionado la enseñanza en lenguas extranjeras y que promete ganancias similares en economía y en otras disciplinas. Yo mismo tomé cuatro años de español en la preparatoria (highschool), solo para ganar mucha dificultad para hacerme entender cuando viajo a España. En aquellos días, los cursos de lenguas se enfocaban en detalles gramaticales arcaicos, lo que constituye el equivalente del material técnico que a menudo hechiza a los estudiantes de economía introductoria. Hoy, los mejores programas de lenguajes intentan reproducir el proceso orgánico por el que los niños aprenden su lenguaje nativo.

Mi primera exposición a este nuevo enfoque sucedió durante mi entrenamiento en los Cuerpos de Paz en el que enseñé matemáticas y ciencia en la Nepal rural. Todas las cosas que aprendimos a decir eran correctas en términos gramáticales, pero nunca aprendimos ninguna regla gramátical. Después de empezar de cero, tuvimos que enseñar en Nepali sólo 13 semanas después. Nuestras habilidades lingüisticas eran muy básicas, pero practimante todos lo logramos.

No es fácil, por supuesto, tomar este enfoque de maner consistente en un libro de texto de economía. Ben S. Bernanke y yo lo intentamos en el nuestro, pero dado lo que el mercado está disponible a aceptar, aún nos falta mucho camino por recorrer.

Los niños pequeños son capaces de expresar una variedad impresionante de pensamientos usando pocos patrones simples de oraciones. Si alguien se concentra tan sólo en esos principios, y los aplica repetidamente en ejemplos extraídos de contextos familiares, entonces puede ganar maestría sobre ellos fácilmente en un semestre.

La forma en la que las ideas se presentan es importante. Tal vez debido a que nuestra especie evolucionó contando cuentos, el cerebro humano es un receptor innato de la información presentada en forma narrativa. Hace años que dejo una tarea que trata directamente con esta habilidad.

Dos veces al semestre pido a los estudiantes que planteen alguna pregunta interesante basada en algo que ellos mismos hayan observado o experimentado. La tarea les pide que usen principios de economía básica para responderla en menos de 500 palabras. Le llamo la tarea del "naturalista económico", basado en el espíritu de los biólogos de campo que utilizan los principios Darwinianos para interpretar el tránsito y el comportamiento de organismos vivientes.

Una elevada proporción de estos trabajos estudiantiles invocan el principio costo-beneficio, que establece que una persona racional debe llevar a cabo sólo aquellas acciones cuyos beneficios excedan los costos. Este principio puede ayudar a explicar patrones de regulación pública, que de otra forma se mostrarían misteriosos. Greg Balet, un estudiante mío, preguntó, por ejemplo, ¿por qué se requiere que los padres coloquen a los niños pequeños en un asiento de seguridad en el auto, incluso en un trayecto corto a la tienda de la esquina, aún cuando se les permite volar de Nueva York a Los Ángeles con los pequeños sobre las rodillas?

Una respuesta puede consistir en que si el avión se estrella, no importará mucho si los pequeños iban o no en asientos de segurirdad. El Sr. Balet, sin embargo, argumentaba que el beneficio real de las medidas de seguridad en los aviones es evitar daños provocados por turbulencia, por lo que los asientos de seguridad serían tan útiles en los aviones como en los automóviles.

La explicación yace en el lado de los costos, argumentó. Una vez que has instalado un asiento de seguridad en tu auto, no hay costos adicionales asociados a su uso. Por otro lado, si estás en un vuelo lleno de Nueva York a Los Ángeles, y si quieres usar un asiento de seguridad, entonces debes comprar un boleto adicional, lo que te costará $1000 dólares.

Por tanto, es más probable que los asientos de seguridad pasan el examen costo-beneficio en los autos que en los aviones. (Los economistas tienen una respuesta simple hacia aquellos que objetan que los costos no debieran jugar ningún papel en las decisiones de seguridad: ¿Revisas los frenos de tu auto cada mañana cuando vas al trabajo?)

Los principios básicos de la economía no es ciencia de cohetes. Son accesibles incluso a los niños. Por ejemplo, Lance Knobel, quien escribe el blog DavosNewbies.com, comentó que ha aplicado problemas de naturalista económico a su hijo de 11 años antes de dormir, "y le encantan."

Dada la importancia de las decisiones económicas a las que nos enfrentamos, tanto como individuos como sociedad, una formación económica más efectiva generará dividendos enormes. Y dado el bajo desempeño de los cursos tradicionales, parece que no se pierde mucho si se intenta algo diferente.

Robert H. Frank es economista en Johnson School of Management en Cornell University. Es el autor the "The Economic Naturalist" y el co-autor, con Ben Bernanke, de "Principles of Economics". Contacto: www.robert-h-frank.com

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Hasta aquí el artículo.

La (otrora) ciencia oscura...

Cartón de David Klein. Tomado del NYT. Vínculo

Recientemente me encontré con un listado de la editorial Elsevier de los Handbooks (o "manuales") en economía que ha publicado. Aquí va la lista de los títulos.

Agricultural Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3 [forthcoming] | Volume 4 [forthcoming]
(B. Gardner and G. Rausser)

Computational Economics Volume 1 | Volume 2 [forthcoming]
(H. Amman, D. Kendrick, J. Rust, K.L. Judd and L. Tesfatsion) External link

Defense Economics Volume 1 | Volume 2 [forthcoming]
(K. Hartley and T. Sandler)

Development Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3
(H. Chenery †, T. Srinivasan and J. Behrman)

Econometrics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3 | Volume 4 | Volume 5 | Volume 6 [forthcoming]
(Z. Griliches, M. Intriligator, R. Engle, D. McFadden, J. Heckman and E. Leamer)

Economic Growth Volume 1
(P. Aghion and S.N. Durlauf)

Economics of Art and Culture Volume 1 [forthcoming]
(V. Ginsburgh and D. Throsby)

Economics of Education Volume 1 [forthcoming]
(E. Hanushek and F. Welch)

Economics of Finance Volume 1
(G. Constantinides, M. Harris and R. Stulz)

Economic Forecasting Volume 1 [forthcoming]
(G. Elliott, C.W.J. Granger and A. Timmermann)

Economics of Giving, Altruism and Reciprocity Volume 1 [forthcoming]
(S-C. Kolm and J. Mercier Ythier)

Environmental Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3
(K. Mäler and J. Vincent)

Experimental Economics Results Volume 1 [forthcoming]
(C. Plott and V. Smith)

Game Theory with Economic Applications Volume 1 | Volume 2 | Volume 3
(R. Aumann and S. Hart)

Health Economics Volume 1
(A. Culyer and J. Newhouse)

Income Distribution Volume 1
(A. Atkinson and F. Bourguignon)

Industrial Organization Volume 1 | Volume 2 | Volume 3 [forthcoming]
(R. Schmalensee, R. Willig, M. Armstrong and R. Porter)

International Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3
(R. Jones, P. Kenen, G. Grossman and K. Rogoff)

Labor Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3
(O. Ashenfelter, R. Layard and D. Card)

Law and Economics Volume 1 [forthcoming]
(A.M. Polinsky and S. Shavell)

Macroeconomics Volume 1
(J. Taylor and M. Woodford)
External link Full-text via ScienceDirect

Mathematical Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3 | Volume 4
(K. Arrow, M. Intriligator, W. Hildenbrand and H. Sonnenschein)

Monetary Economics Volume 1 | Volume 2
(B. Friedman and F. Hahn)

Natural Resource and Energy Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3
(A. Kneese and J. Sweeney)

Population and Family Economics Volume 1
(M. Rosenzweig and O. Stark)

Public Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3 | Volume 4
(A. Auerbach and M. Feldstein)

Regional and Urban Economics Volume 1 | Volume 2 | Volume 3 | Volume 4
(P. Nijkamp, E. Mills, P. Cheshire, J. Thisse and V. Henderson)

Social Choice and Welfare Volume 1 | Volume 2 [forthcoming]
(K. Arrow, A. Sen and K. Suzumura)

Así, a primera vista, la lista es imponente. Así que hay que tener cuidado cuando uno se refiera a la "economía neoclásica", "el mainstream" o a la "teoría económica". La materia es muy compleja. Y uno podría estar haciendo generalizaciones fuera de lugar. De igual forma, cualquier crítica que diga que las aplicaciones de la economía estándar son poco fructíferas tendrá que valorar el contenido de los resultados empíricos que estos manuales (que no son libros de texto) presentan. La cosa se complica más cuando uno se percata que este listado ha dejado fuera campos de estudio que no se perciben a sí mismos como parte de la corriente principal, como la economía ecológica (que puede ser igual de compleja, y bastante más dispersa), la economía estructuralista o la crecientemente popular economía del comportamiento, por mencionar tres. Cuando a uno le gusta esta ciencia que alguna vez fue tildada de "oscura", y aún cuando uno ha hecho elecciones sobre los campos que uno quiere estudiar, y ve este listado, no puede evitar sentirse una especie de desorentación vocacional adolescente...

Aquí el vínculo al listado. Si cuenta con acceso a la red informática de alguna universidad es probable que tenga acceso también a la base de datos de Elsevier, por lo que podrá adquirir los manuales en versión electrónica.

Dossier sobre Manuel Sacristán, parte 1

Imagen tomada de aquí.

En una entrada anterior se incluyen vínculos a textos sobre Sacristán del Seminario de Credibilidad Macroeconómica, del que los miembros del colectivo editor de Intervenciones/Otros artificios formamos parte. Ahora se iran incluyendo los vínculos a los textos que el semanario Canarias-semanal publicó como dossier de homenaje al filósofo español.
Aquí el vínculo a la página del dossier.

¿Por qué leer a Manuel Sacristán?
Cristóbal García vera

Para el debate sobre la Universidad pública (y subsidiada)...


Imagen tomada de aquí.








En una entrada reciente se reprodujo un artículo del Dr. Santos Mercado de la UAM-Azcapo. El artículo sugiere la pertinencia de la eliminación de los subsidios estatales a las universidades públicas. Comentamos aqui en puntos algunos detalles políticos, y luego nos referimos al aspecto social y económico con un poco de teoría básica.

  1. Los subsidios, dice el Dr. Mercado, son la fuente de los vicios que se obervan en las universidades públicas. En desacuerdo. Si bien hay subsidios en universidades públicas de otros países (y si bien hay ciertos vicios también en ellas) no quiere decir que en las privadas no haya vicios. Serán de otra índole, tal vez. Me parece que antes que el esquema de subsidios lo que determina los vicios es la estructura de incentivos (que no necesariamente se determina por dicho esquema) y, ni más ni menos, la cultura política de la comunidad involucrada. La teoría estándar prueba en sus modelos básicos que los subsidios son sinónimo de poca eficiencia económica en ambientes muy controlados. Sacar conclusiones de ese resultado y extrapolarlas al mundo real y político me parece aventurado. Resumiendo: no hay que asumir necesidad entre existencia de "vicios" y existencia de subsidios.
  2. Puede haber una asociación entre el subsidio y lo que él llama "riesgo-cero". De acuerdo. Puede haberla, pero no veo necesidad. Una cosa, para decirlo rápido, es el esquema de financiamiento (los subsidios) y otra el "esquema regulatorio" (las reglas del juego institucionales). Cuando algo trabaja bajo el riesgo-cero, dice Mercado, tiende a deteriorarse. Esto depende, insisto, en las reglas institucionales que fijen los incentivos que guían la acción individual y colectiva.
Ahora veámos el siguiente pasaje, para ver un argumento económico:
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"¿Por qué casi todos los países proveen educación gratuita?

"Todos los países industrializados proveen a sus ciudadanos educación pública gratuita hasta la preparatoria, y muchos subsidian la universidad y otras escuelas post-secundarias. ¿Por qué?

"Los estadounidenses están tan acostumbrados a la educación pública gratuita que esta pregunta puede sonar rara. Pero ¿por qué los gobiernos deben proveer educación gratuira cuando no provee gratuitamente, excepto para los más necesitados, otros bienes y servicios aún más esenciales, como alimentos o seguridad médica? Más aún, los servicios educativos pueden ser, como de hecho ocurre, proveídos y demandados en los mercados privados, sin la ayuda del gobierno.

"Un argumento importante para la educación gratuita, y al menos subsidiada, es que la curva de demanda privada por servicios educativos no incluye todos los beneficios sociales de la educación. (...Recordar que un mercado en equilibrio puede no explotar todas las ganancias alcanzables por la acción colectiva). Por ejemplo, el sistema político democrático se basa en una ciudadanía educada para poder operar efectivamente -lo que es un factor que un individuo que demanda servicios educativos no percibe necesariamente. Desde una perspectiva económica cuidadosa, se puede argumentar que los individuos no capturan la totalidad de los beneficios económicos que su educación provee. Por ejemplo, personas con alto capital humano, y por ende percepciones monetarias elevadas, pagan más impuestos -que constituyen fondos que pueden financiar servicios públicos y ayuda a los menos afortunados. Gracias al gravamen al ingreso, el beneficio privado de desarrollar capital humano es menor al beneficio social, por lo que la demanda por educación en el mercado privado es menos que óptima desde el punto de vista social. Similarmente, es más verosímil que las personas con educación contribuyan más al desarrollo tecnológico, y por tanto al crecimiento de la productividad general, lo que beneficia a mucha gente, además de a ellos mismos. Finalmente, otro argumento a favor del apoyo público a la educación es que la gente pobre que quiera invertir en capital humano no podría hacerlo de otro modo debido a ingresos insuficientes.

"El premio Nobel Milton Friedman, entre muchos otros, sugirieron que estos argumentos pueden justificar los fondos gubernamentales de apoyo a la educación, llamados vouchers educativos, para ayudar a los ciudadanos a comprar servicios educativos en el mercado privado, pero que no justifican la provisión directa por el gobierno, como ocurre en el sistema escolar público. Los defensores de la educación pública, por otro lado, argumentan que el gobierno debiera tener control directo de la educación de forma tal que sea capaz de fijar estándares y de monitorear la calidad. ¿Qué piensa?"
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Vemos que existen argumentos económicos para favorecer la acción pública en la provisión de los servicios educativos. La razón es simple: existen externalidades positivas en dicha provisión, y por tanto el mercado privado "se queda corto" con respecto a lo que se puede considerar como socialmente óptimo. Una vez justificado dicho punto, la discusión radica en la forma en que dicha intervención pública debe ocurrir. Los subsidios pueden no funcionar en otros mercados, pero el argumento de que no lo hagan en este caso no es necesario lógicamente.

Me parece que el hecho de que los subsidios a la universidad mexicana coexistan con los vicios no quiere decir necesariamente que unos son la causa de otros. Los vicios, me parece, se pueden explicar también culturalmente, por lo que la pregunta no es ¿subsidiar o dejar de subsidiar?, sino más bien ¿qué tipo de reglas del juego con qué tipo de incentivos pueden mejorar la situación presente en la interacción colectiva al interno de una universidad?

Por cierto, el texto reproducido aquí no proviene de ningún estudio sofisticado sobre el sistema educativo público, al menos no directamente. Está incluido en el excelente libro introductorio Principios de economía de Ben Bernanke y Robert Frank. Aquí la ficha,

Bernanke, B. y Robert Frank (2005), Principles of Economics, McGraw Hill, Nueva York. (Ejemplo 20.4, pp 525; Traducción mía.)

La sociedad abierta y sus enemigos en España


La sociedad abierta y sus enemigos en España

[Cambien nombres y se está hablando de México.]


¿Por qué la oligarquía socialista no quiere una sociedad abierta como la esbozada por Popper y otros muchos pensadores demócratas?

Pedro de Tena


Sociedad abierta es aquella que no gusta absolutamente nada a la oligarquía socialista porque en ella triunfa la competencia personal y social, las libertades civiles, la solidaridad libre y voluntaria y la división de poderes, la misma que defendiera Montesquieu cuya muerte intelectual y política anunció Alfonso Guerra.
Aquella famosa profecía, afortunadamente, tuvo como resultado inmediato la caída del muro de Berlín, el ensanchamiento del espacio de las democracias liberales en el mundo y su propio batacazo desde el sillón de la vicepresidencia del Gobierno. Falta le hubiera hecho dentro del PSOE una instancia, diferente al poder de la ejecutiva de su partido e independiente a la manera del sagaz e inteligente Montesquieu, que lo defendiera de manera noble y justa del acoso de su ya no amigo González, que lo trituró de manera inmisericorde y minuciosa.
¿Por qué la oligarquía socialista no quiere una sociedad abierta como la esbozada por Popper y otros muchos pensadores demócratas? Por muchas razones. Sobre todo por una. La oligarquía socialista está íntimamente convencida de su superioridad intelectual, ética e histórica sobre el resto de los mortales. Lejos de reconocer la imposibilidad de un conocimiento exacto de las leyes de la historia, de la sociedad y de la convivencia, esta oligarquía está segura de poseer la clave "científica" de la realidad, incluso del universo (hay que recordar el famoso libro de Engels Dialéctica de la Naturaleza, que sus antaño adoradores hoy hacen desaparecer por pudor de todas las bibliotecas).
Este convencimiento dogmático deviene en práctica totalitaria en cuanto se trata, para esta oligarquía, de regir los destinos de un mundo que sólo ellos conocen "científicamente". La libertad no es buena para ese propósito, ni la economía libre, ni una justicia independiente, ni una prensa digna y rebelde ni instituciones neutrales. Y así, descendiendo, ni unas oposiciones libres y abiertas al mérito y la capacidad, ni una enseñanza crítica antes que sectaria. Todo debe estar contagiado del sectarismo ideológico que propugnan. Es en eso, justamente en eso, en lo que coinciden con el nacionalismo hoy galopante en esta España de principios del siglo XXI. Por eso son socios.
Frente a esto, hay que proponerse una actitud más crítica, racional y libre. Aquí se exponen reunidos los elementos críticos de un racionalismo democrático, esbozados por Popper:
Nuestro saber conjetural objetivo va siempre más lejos del que una persona puede dominar. Por eso no hay ninguna autoridad. Esto rige también dentro de las especialidades.
Es imposible evitar todo error o incluso tan sólo todo error en sí evitable. Los errores son continuamente cometidos por todos los científicos. La vieja idea de que se pueden evitar los errores, y de que por eso se está obligado a evitarlos, debe ser revisada: ella misma es errónea.
Naturalmente sigue siendo tarea nuestra evitar errores en lo posible. Pero precisamente, para evitarlos, debemos ante todo tener bien claro cuán difícil es evitarlos y que nadie lo consigue completamente. Tampoco lo consiguen los científicos creadores, los cuales se dejan llevar de su intuición: la intuición también nos puede conducir al error.
También en nuestras teorías mejor corroboradas pueden ocultarse errores, y es tarea específica de los científicos el buscarlos. La constatación de que una teoría bien corroborada o un proceder práctico muy empleado es falible puede ser un importante descubrimiento.
Debemos, por tanto, modificar nuestra posición ante nuestros errores. Es aquí donde debe comenzar nuestra reforma ético-práctica. Pues la vieja posición ético-profesional lleva a encubrir nuestros errores, a ocultarlos y, así, a olvidarlos tan rápidamente como sea posible.
El nuevo principio fundamental es que nosotros, para aprender a evitar en lo posible errores, debemos precisamente aprender de nuestros errores. Encubrir errores es, por tanto, el mayor pecado intelectual.
Debemos, por eso, esperar siempre ansiosamente nuestros errores. Si los encontramos debemos grabarlos en la memoria: analizarlos por todos lados para llegar a su causa.
La postura autocrítica y la sinceridad se tornan, en esta medida, deber.
Porque debemos aprender de nuestros errores, por eso debemos también aprender a aceptar agradecidos el que otros nos hagan conscientes de ellos. Si hacemos conscientes a los otros de sus errores, entonces debemos acordarnos siempre de que nosotros mismos hemos cometido, como ellos, errores parecidos. Y debemos acordarnos de que los más grandes científicos han cometido errores. Con toda seguridad no afirmo que nuestros errores sean habitualmente perdonables: no debemos disminuir nuestra atención. Pero es humanamente inevitable cometer siempre errores.
Debemos tener bien claro que necesitamos a otras personas para el descubrimiento y corrección de errores (y ellas a nosotros); especialmente personas que han crecido con otras ideas en otra atmósfera. También esto conduce a la tolerancia.
Debemos aprender que la autocrítica es la mejor crítica; pero que la crítica por medio de otros es una necesidad. Es casi tan buena como la autocrítica.
La crítica racional debe ser siempre específica: debe ofrecer fundamentos específicos de por qué parecen ser falsas afirmaciones específicas, hipótesis específicas o argumentos específicos no válidos. Debe ser guiada por la idea de acercarse en lo posible a la verdad objetiva. Debe, en este sentido, ser impersonal.
Pero, claro, creer que Zapatero y sus secuaces serán capaces de entender algo de esto es mucho creer.

Ajustes de oferta...

¿Qué tan sostenidos parecen los cambios en el precio de los combustibles y en las preferencias de los consumidores que GM cierra 4 plantas?
La razón es que GM ha sido golpeada por las condiciones del mercado, y porque consideran que las camionetas, SUVs y anexas no tendrán ya el lugar preferencial en las preferencias del público, y que éste, más bien, cambiará hacia autos pequeños y más eficientes. Sería interesante conocer la situación de elasticidades en el mercado estadounidense de autos.

Mi conjetura es que la demanda cambia no por motivos sofisticados como los de cambio climático y la preocupación ecológica, sino por el simple y básico hecho de que el precio de la gasolina está muy arriba, y que los consumidores esperan que allí se va a quedar, y no están dispuestos a echarle a las Hummers el sueldo entero en combustible. Ahora, me parece que la industria de automóviles en EUA tiene mucho espacio para mejoras en eficiencia. Es más o menos conocido que queda muy mal parada en las comparaciones de kilometraje por litro de combustible (de hecho, EUA está hasta abajo en el ranking internacional de estándares regulatorios). Ver aquí. Así que es probable que unos 5 años la figura de EUA alcance a la de Japón o Corea, por ejemplo, en este terreno. La industria se puede agarrar de ahí. No creo que haya un "más allá" de ese punto.

En otras palabras, se puede conjeturar que una vez que la industria alcance esa condición de eficiencia (como respuesta a una demanda exigente), llegará el punto en que las mejoras serán muy costosas (si se pasa a los autos eléctricos, se requiere un cambio masivo de infraestructura; si los híbridos se generalizan, los costos podrán sentirse en el mercado secundario -en este caso, el de los alimentos, y los costos sociales pueden ser mayores...) lo que suma al hecho de que la demanda puede exhibir elasticidad nula (o sea, ser muy inelástica) como corresponde a sociedades basadas en el automóvil privado. Tal vez una situación como esa, en la que los combustibles se disparan al cielo y ya no hay espacio para mejoras técnicas sustantivas que sean relativamente suaves, puede promover un cambio paulatino de oferta y en las preferencias, como el que ahora se observa, a fin de privilegiar el transporte público. A ese respecto, las imágenes que acompañan esta entrada (que encontré aquí) son muy ilustrativas. Las imágenes muestran el espacio ocupado por tres medios de transporte para 70 personas. Con la idea del automóvil privado, 70 personas bastan para crear un congestionamiento en esta calle alemana. La bicicleta hace un mejor trabajo, y el autobús ni se diga.




Ya se ha dicho algo sobre el mercado petrolero y las opiniones de que los elevados precios no se deben a una burbuja. Ahora hay señales de los impactos estructurales de lo que está ocurriendo y de las previsiones.
Aquí la nota de La Jornada. Las 4 plantas de GM son las de Toluca (aunque no está confirmado el cierre 100%), la de Ontario, la de Wisconsin y la de Ohio. Toluca, por ejemplo, está aterrada.

Basta de subsidios a la universidad pública


Basta de subsidios a la universidad pública

[Artículo que llama a la controversia. Esperamos sus comentarios]
Dr. Santos Mercado Reyes, Departamento de Ciencias Basicas, de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería UAM/Azcapotzalco.

Si queremos salvar a las universidades públicas, sus autoridades, su sindicato, sus profesores y alumnos deberían pedir, rogar o exigir al gobierno que ya no le mande recursos financieros, que no las subsidie, que corte ese hilo umbilical que sólo le proporciona vida artificial.

Reconozco que la propuesta es difícil de lograrla a corto plazo, pues implica un cambio de mentalidad, una nueva visión y mucho valor para hacer las transformaciones. Incluso, es posible que el gobierno mismo no entendiera por qué se le pide que ya no subsidie a estas instituciones, si siempre lo ha hecho y lo considera “un deber sagrado ordenado por la Carta Magna”.

LOS SUBSIDIOS INDUCEN CONDUCTAS Y GENERAN CONSECUENCIAS

La mayoría de los vicios que se observan en cualquier escuela o universidad pública se pueden explicar por el efecto subsidio: La burocratización de las actividades, la prepotencia de los funcionarios, la arrogancia de los profesores, la simulación de los investigadores, la deserción, el tiempo excesivo para hacer una carrera, la chatarrización de los vehículos, las paredes graffiteadas, entre otras se explican como consecuencia del sistema de subsidio.

No es un punto fácil de entender, pero puede considerarse, a manera de ejemplo, el caso del niño que recibe todo de su papá; cuando cumpla 40 años seguirá pidiendo subsidio pues nunca aprenderá a generar sus propios ingresos. O bien, considere al carpintero que le va a hacer una bonita mesa de 5 mil dólares. Si usted le paga todo antes de que él empiece, es posible que la mesa se la entregue en el doble del tiempo estipulado o a lo mejor nunca se la fabrique y desaparezca con el dinero.

El efecto es observable aún en escuelas privadas que son subsidiadas por el mismo sector privado. Se puede ver el caso de Fundación Azteca, una escuela que no es del gobierno pero los alumnos aceptados no pagan nada. Los sueldos de los profesores y de todo el personal no provienen de subsidios gubernamentales, sino de un empresario altruista que les da a los estudiantes hasta el uniforme, libros y cuadernos. Es cierto que esta institución ha ganado buen prestigio en las pruebas que aplican organizaciones externas, aparece en los mejores lugares, sin embargo, el sistema de subsidio les induce un comportamiento típico: se simula el mayor orden y limpieza mientras la visita el donante; todos se peinan y lucen sus uniformes limpios; pero cuando se va el mecenas vuelven a lo mismo: los profesores con su comportamiento burocrático, los trabajadores refunfuñando de los bajos salarios, los directivos en actitud despótica, los barrenderos perdiendo el tiempo, lo normal de cualquier escuela pública.

El efecto perverso del subsidio no solo ocurre en México. En la URSS se aplicó profusamente, no solo para sus escuelas y universidades, sino también para sus fábricas…y todas fracasaron. En los mismos Estados Unidos, por recomendación de Horace Mann, “El Padre de la Educación Pública” se aplicó el sistema de subsidio hasta que se dieron cuenta de los efectos destructivos y ahora las universidades públicas tienen que sobrevivir sin subsidio gubernamental.

Los subsidios federales, estatales, municipales eclesiásticos o privados causan un daño tan perverso a las instituciones educativas que debería considerarse el peor sistema de financiamiento a las instituciones educativas.

Es interesante investigar por qué subsidiar una escuela termina por destruirla. Seguramente existen mejores explicaciones que la de quien escribe, pero mi conjetura es la siguiente: Cuando se subsidia a una institución, se introduce un “sistema de riesgo cero”. La institución sabe que tiene el ingreso seguro, trabaje bien o mal. ¿Por qué habría de preocuparse por trabajar bien? Esto no solo funciona para la institución, sino para cada profesor o barrendero. Si el trabajador sabe que las quincenas son seguras ¿por qué habría de preocuparse por hacer mejor sus tareas? El profesor gana lo mismo si tienen 20 alumnos o tan solo dos, ¿Por qué habría de preocuparse por tener 50? En realidad, se trata de un comportamiento racional, donde trabajar menos es equivalente a ganar mejor, y todos quieren ganar mejor.

En muchas instituciones subsidiadas se ven prestaciones extraordinarias que son la envidia de las universidades privadas, pero eso se explica porque se juega a la “lucha de clases” donde los trabajadores se asocian para formar sindicatos y luchar contra “el burgués”, asignándole ese papel al Rector que no es mas que otro empleado de quincena segura y que circunstancialmente llega a ocupar el cargo. Con tal de no dejar una mala imagen, los rectores tienden a ceder en todo lo que pueden, después de todo, no están administrando recursos de su propiedad. Y por supuesto, los sindicatos quieren arrebatar todo lo que pueden. Es la lucha por la bolsa de dinero arrojado por el gobierno. Una vez que funcionarios y sindicatos se acaban la bolsa, piden más, hacen huelgas, marchas, peregrinaciones y no tienen límites. Cuando algo trabaja con un sistema de riesgo cero, tiende a degenerarse irremediablemente.

Hay quien piensa que el sistema de subsidio podría funcionar bien, si se tuviera “buenos funcionarios”, “buenos rectores”, “buenos trabajadores”, “buenos profesores”, si todos tuvieran amor a la camiseta, si se comportaran como buenos apóstoles de la enseñanza y tuvieran grandes deseos de cumplir con excelencia su trabajo, en una palabra: “si no hubiera corrupción”. Sin negar que hay casos excepcionales hay que reconocer que es un sueño utópico, es como pedirle piñas al pino; equivale a pensar que puede haber ángeles en el infierno. Lo que sugiero aquí es que el subsidio a las escuelas y universidades forma, obliga a que el buen profesor se transforme en malo, la secretaria eficiente empiece a ser descuidada y el funcionario honrado se haga corrupto. Repito, hay excepciones.

Bien estudiado y comprendido el “efecto del subsidio” debería ser suficiente para considerarlo como un delito de lesa humanidad y debería prohibirse absolutamente. Al menos se debe llegar a la conclusión de que cualquier alternativa que se elija, no debe implicar que la escuela pida recursos al Estado. La medicina es amarga pero es la correcta.

Pero antes de que algunos académicos se rasguen las vestiduras debo hacer las siguientes aclaraciones, aunque reconozco que necesitan argumentarse largamente.

La idea de que las escuelas y universidades públicas no reciban subsidios del gobierno, ni de la iglesia, ni de un particular:

1. No quiere decir que se está abogando por la destrucción de las escuelas y universidades públicas. Al contrario es un plan para rescatarlas de su hundimiento total.
2. No quiere decir que se está abogando por la eliminación de la gratuidad de la educación. Es perfectamente posible eliminar los subsidios y conservar la gratuidad, por ejemplo, aplicando la propuesta del Bono Educativo o el “Voucher system for education de Milton Friedman (Premio Nobel de Economía).
3. No se está abogando por la Privatización de las escuelas y universidades. En efecto, no se ha dicho aquí que se ponga en subasta a la UNAM , UAM, IPN para que la compre el mejor postor.
4. Nadie ha dicho aquí que se eliminen los sindicatos, ni las huelgas, ni los derechos “ganados con tanta sangre y sudor”.
5. No se ha dicho aquí que se quiere acabar con la vocación innovadora y de investigación que tienen las universidades públicas. Al contrario, podrían reorientar su investigación para hacerla productiva y no como ahora, que se hace porque burocráticamente se asignan presupuestos del gobierno.
6. Tampoco se está diciendo que hay que quitarle el derecho a la educación de los pobres. Al contrario, es para que los pobres empiecen a verse no como un pretexto para recibir subsidios del gobierno, sino como personas dignas de ser atendidas.

En fin, todo lo que se quiere dejar en claro es que los subsidios pervierten a las instituciones y que es necesario crear, idear y soñar con otros esquemas que nos permitan desconectarnos de la ubre del gobierno y que generen mayores virtudes que las actuales.

Colectivo Universitari@s / El Universal

Copyright © 2008 Fecha de publicación: 04/06/2008

Es una vida de perros, pero en Moscú no es tan mala

por Mark Schoofs Dow Jones Newswires
Imagen de www.purephoto.co.uk

Moscú, 20 de mayo – Al igual que los ciudadanos que emplean el transporte público, con frecuencia se ve a los perros callejeros de esta ciudad que viajan en el metro, esperan con paciencia a que llegue el tren y a que éste abra sus puertas.

Durante la era soviética, los perros estaban prohibidos en el metro moscovita. Sin embargo, hoy es tan común verlos ahí, acurrucados en los asientos vacíos, olfateando a sus vecinos y echados tranquilamente en las estaciones, que incluso existe una página electrónica dedicada a ellos: www.metrodog.ru.

Un pequeño grupo de zoólogos estudia a los perros callejeros de Moscú y cómo se adaptan a una ciudad que cambia de manera vertiginosa. Entre ellos está Alexei Vereshchagin, quien se dedicaba a estudiar lobos: “es una criatura tan romántica”, añade, pero cuando se desmoronó el financiamiento para las ciencias del gobierno soviético, ya no pudo hacerlo.

Por ello, Vereshchagin, un hombre de 31 años de barba rojiza, empezó a estudiar a los perros callejeros, y le encantó. “El comportamiento de los perros de la calle es como el teatro”, dijo.

En la medida que el número de los automóviles moscovitas crece de manera explosiva y que su velocidad aumenta con respecto a la de los vehículos viejos y anticuados de la era soviética, los perros callejeros aprenden a cruzar las calles con los peatones. También es posible verlos a veces mientras esperan la luz verde (los perros no distinguen los colores, por lo que los investigadores piensan que reconocen la forma o la posición del hombre que camina en los semáforos).

En la austera era soviética, los restaurantes y los ahora ubicuos kioscos de comida rápida eran escasos, por lo que era menos probable que los perros rogaran por comida y más probable que hurgaran en la basura, dicen los zoólogos. Los perros–pepenadores prosperaron más en las vastas zonas industriales de Moscú, donde llevaban una existencia semi-feral. Pero debido a que dependían sobre todo de que las personas tiraran comida a la basura, y menos de que se las dieran, se mantenían a cierta distancia de los seres humanos.

Ahora, las antiguas fábricas se transformaron en centros comerciales y bloques de departamentos, por los que los perros callejeros se han vuelto más habilidosos y codiciosos para pedir comida. Han desarrollado estrategias innovadoras, dicen los zoólogos, como la técnica de llegar por detrás por sorpresa: un perro se aproxima sigilosamente por detrás de una persona que come tranquilamente en la calle y de repente le ladra. Asustada, la persona deja caer la comida y el perro se la come.

En esto, la clave es la habilidad para determinar qué personas tienen mayor probabilidad de asustarse lo suficiente como para dejar caer su comida. Los canes callejeros se han vuelto maestros en psicología, dijo Andrei Poyarkov, de 54 años, decano de los investigadores de los perros callejeros de Moscú. “Conocen mejor a los moscovitas de los que los moscovitas conocen a los perros”.

De acuerdo con Vereshchagin, protégé de Poyarkov, tal vez el mayor cambio sea que, en la actualidad, los perros callejeros difícilmente necesitan hacer algo para obtener comida. Una de sus principales tácticas, que fue posible por lo cómodos que se sienten cada vez más entre las multitudes, es sencillamente echarse en un atestado corredor del metro, por donde pasan miles de personas, y esperar a que alguien les lance algo de comer. Son alimentados sin que ni siquiera tengan que molestarse en tener que olfatear la pierna de alguien.

Hoy, Moscú proporciona un entorno de “recursos ilimitados”, dijo Vereshchagin.

Caminando por un área de mercado, próxima a una estación del metro, señala que, aún cuando ahora hay más perros callejeros que nunca en Moscú, no están delgados y hambrientos. El líder de la jauría de esta zona, cuya piel blanca con manchas negras está sucia, se levanta de su siesta, se estira con pereza y se dirige a una carnicería. Permanece afuera por unos cuantos segundos, antes que le lancen un hueso con restos de carne a las patas. Se lo lleva, pero apenas y lo mordisquea.

De hecho, muchos perros ignoran los bocadillos descartados, ya que están tan ahítos que se pueden dar el lujo de ser exigentes, dijo Vereshchagin.

A diferencia de los perros callejeros a los que estudia, Vereshchagin no puede ser tan exigente. La ciudad apenas le ha proporcionado fondos para realizar censos esporádicos, el último en 2006, que calculó en cerca de 26,000 cabezas la población de perros callejeros. Por lo que Vereshchagin, quien aún tiene que terminar su tesis, complementa su presupuesto entrenando mascotas y trabajando como paramédico de tiempo parcial.

La adaptación de los perros se añade al dramático cambio que ha sufrido la cultura canina. Rogar por comida es una actividad sumisa, por lo que hay menos guerras generalizadas en el grupo, que en ocasiones acostumbraban durar meses, de acuerdo con Poyarkov. En los grupos hay jerarquías sociales más estables, que permiten que todo el grupo prospere.

Por otra parte, también hay ocasionales ataques contra los seres humanos, como uno en abril pasado, en el que murió un hombre de 55 años, por un grupo de perros callejeros que vivían en un amplio y descuidado parque. Vereshchagin dijo no tener información de primera mano acerca de este ataque, pero dice que los perros que viven en zonas boscosas no están familiarizados con las personas y es más probable que defiendan su territorio con mayor agresividad.

Esa muerte reinició una controversia. Si bien la ciudad asignó el equivalente a 63 millones de dólares para construir refugios para estos animales y programas relacionados, algunas personas exigen el regreso a la práctica soviética de sacrificar a los perros callejeros.

Sin embargo, muchos moscovitas parecen disfrutar, o por lo menos tolerar, a la población canina. La gran mayoría de los perros callejeros se aleja para evitar antagonizar con las personas, dijo Vereshchagin. Incluso es raro que aparezcan en el metro, dice.

Muchos moscovitas alimentan a los perros callejeros y les construyen refugios invernales sencillos. En particular, en la nueva economía capitalista de Rusia, que en ocasiones puede ser implacable, los ancianos buscan compañía perruna.

Traducido por Luis Cedillo
Editado por Juan Carlos Jolly
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Fecha de publicación: 04/06/2008
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