sobre la ventaja comparativa

Ante la escasez de entradas de los últimos días (tengo tres entradas distintas en el tintero, pero por x o y no he podido terminarlas, espero hacerlo pronto, aunque salgan de jalón), vaya una reflexión visual sobre cuestiones de comercio internacional.

Dentro de las imágenes que los portales electrónicos de los diarios ofrecen como "destacadas," interesantes," etc., El Universal ha incluído la siguiente:


El pie de foto dice: "Reclamo: Agricultores franceses descargan sus camiones como protesta por la llegada de frutas y verduras españolas a precios más baratos en Le Boulu, cerca de Perpiñán, Francia

Ante lo que recordamos la siguiente imagen, sacada en el edificio de comercio de EUA, en Washington, DC

De fotos
Foto: yo merengues, en una excursión relámpago a DC...

El texto dice, en traducción libre, "El comercio desafía cualquier viento, resiste toda tempestad e invade cualquier zona -Bancroft"

Pocas sentencias pueden ser tan directas como la de Bancroft. Pocas manifestaciones tan ciertas como la de los agricultores franceses.

Hay mucha bulla sobre las bondades y perjuicios del comercio mundial. La opinión de los economistas, por lo menos la mayor parte -y la más solvente, por lo demás- es favorable a la existencia del comercio. Los modelos económicos que existen sobre el comercio mundial, que suelen basarse en versiones más amplias de la ventaja comparativa que aquella de Ricardo, suelen informar, sin ambigüedades, que la solución "con comercio" es más eficiente (en términos de uso de recursos y costos de producción) que las soluciones "sin comercio" o "autárquicas." No obstante, dichos modelos suelen basarse en evaluaciones globales (de los costos de producción, por ejemplo), por lo que no se ven afectados por los balances regionales. En otras palabras, el comercio genera ganadores y perdedores: la economía política del comercio abarca una variedad de fenómenos que le dan riqueza analítica y, también, cierto carácter de urgencia.

Las cuestiones comerciales, no obstante la claridad de su analítica tras bambalinas, suelen ser más complejas en la realidad. No se trata de decir "levantemos las fronteras comerciales," sino "veamos cómo se distribuyen las ventajas comparativas y, sobre todo, si éstan se mantienen de forma artificial, por así decir, con subsidios y barreras de índole varia."

Es más o menos sabido que la ventaja comparativa agrícola en EUA se mantiene un gran parte por la famosa farm bill, o la política de subsidios en EUA. También Francia se caracteriza por un subsidio significativo a sus productos agrícolas . Esta cuestión ha frenado por sí sola la famosa Ronda de Doha.

Aquí, por mientras, un descalabro a los franceses a cargo de los productores españoles...




Cap-and-trade y la política...

...en todos lados se cuecen habas y se manipula la posición política como veleta al viento...

Vía EconoSpeak, dándole crédito a Brian DeLong, un artículo de la Palin sobre el cap-and-trade... allí se lanza con todo contra el sistema, aprovechando para atacar a la admón Obama...

Pero como queda de manifiesto en este vínculo colgado allí en EconoSpeak, y discutido aquí, cuya captura está abajo, antes le echaban muchas flores al cap-and-trade...

Noten las palabras elegidas tanto en la defensa como en el ataque...

Pufff... Los políticos...

Blogs de economía, según el WSJ

Vía el blog de Mankiw.

Aquí el artículo.

Los comentarios, en rojo...

The New Stars of the Blogosphere



Americans trying to understand the nail-biting financial trauma of the past several months are flocking by the millions to a surprisingly lively source of enlightenment: blogs written by economists.

[fuente viva de iluminación!!! tampoco pa tanto. me pregunto, por ejemplo, qué tanto se puedan citar entradas de blog en papers y estudios, si en verdad vale la pena...]

Such blogs are thriving in this recession, driven by intense interest from policymakers, investors, academics and people like Zina Poletz, a Minneapolis public-relations executive who says she had little interest in economics before the financial crisis intensified last fall. “I never thought I’d be sitting up late at night reading what [Federal Reserve chairman] Ben Bernanke thinks, but now I do,” she says.

For many people, economics has never seemed so captivating, or so relevant. The enormous appetite for information and guidance right now is hardly a surprise: Even those with a basic knowledge of supply and demand have struggled to keep tabs on the global downturn.

“My [economics] professors were always saying, ‘This is the most relevant class you could ever be in,’” says Christa Avampato, a product developer in New York City with an M.B.A. from the University of Virginia’s Darden School of Business. “But I think until the last 18 months I never really believed them.”

The result is a watershed moment for economics bloggers, ranging from academics to armchair economists, who are all too happy to help readers fill in the blanks—or find a place to vent their frustrations. Traffic to the top sites, such as Marginal Revolution, Freakonomics and the blogs from academics such as Paul Krugman, Greg Mankiw and Brad DeLong, surged anywhere from 80% to 250% from July to September 2008 as the financial crisis intensified, according to Compete.com, a Web site that measures Internet traffic. The most popular blogs can attract as many as 50,000 to 100,000 page views a day.

[pufff!!! en más de un año de vida de esta bitácora han habido alrededor de 3500 page views...estos chavos logran juntar 100,000 al día!!!]
“The ‘Financial Crisis for Beginners’ page is the most successful feature of our blog,” says Simon Johnson, a professor at the Massachusetts Institute of Technology’s Sloan School of Management. Mr. Johnson started his blog, Baseline Scenario, in September along with his brother-in-law James Kwak to build on the popularity of his blogging stint as chief economist of the International Monetary Fund, and to help people make sense of the unfolding crisis.

“I think there’s a big market for explaining to people what the heck is going on in a global context,” says Mr. Johnson. “Blogging can now be part of this portfolio you can do as an academic.”

[sin duda. y puede ayudar en tu cv también. si logras tener un blog que resulte ser popular y que tenga cierta influencia, habrá universidades que querrán contar con ese activo. Rosser discutió sobre esto en su bitácora recientemente...]

Selling Books

Blogging, in return, helps academics raise their profile and connects them to a wider audience. “I make no money from my blog, but I do make money selling books,” says Mr. Mankiw, a Harvard University economics professor who served as chairman of President Bush’s Council of Economic Advisers earlier this decade. Mr. Mankiw is also the author of several textbooks on economics. His eponymous blog has received some 10.9 million visits since he started it as an extension of his academic work in March 2006.

“My publisher loves it that I do the blog,” he says. Its growth and popularity is partly owed to Mr. Mankiw’s succinct style and ability to connect external events to economics—debating the merits of taxing people by height, for example, or exploring how bus drivers respond to hourly rather than per-passenger pay.

He is also known for being a conservative voice in the typically polarized blog universe, which came of age under the Bush administration and led to the popularity of liberal voices like Mr. Krugman, a Princeton University economics professor and newly minted Nobel laureate who writes and blogs for the New York Times, and Mr. DeLong, an economics professor at the University of California, Berkeley, known for his rants against Republican policies.

[no creo que Mankiw himself esté de acuerdo con esto. parece que la influencia de Krugman, no siempre precisa, ha llegado muy lejos...]

The financial crisis—and ensuing recession—has helped turn economics
bloggers like (clockwise from top left) Greg Mankiw, Paul Krugman, Alex Tabarrok
and Mark Thoma into Internet celebrities
The financial crisis has helped crystallize the ideological split between the liberal economists who favor government action and intervention in the economy and the conservatives who prefer a more hands-off approach. The result often pits Mr. Mankiw and other conservatives—such as Arnold Kling, an economist and scholar with the Cato Institute who writes for EconLog, or Megan McArdle, a self-described libertarian who blogs for the Atlantic—against Mr. Krugman or Mr. DeLong in fast-paced, high-profile arguments over health care, budget deficits and stimulus packages.

[allí esta. aunque la distinción liberal/conservador existe, me parece que es más superficial, cultural, alimentada por el lado liberal -Krugman, DeLong- y no tanto por el "conservador", que me parece está más puesta a intentar entender lo que pasa, no tanto a ver qué hace el rival para luego criticarlo. Krugman en esto ha sido "ejemplar", por así decir, y se ha ganado ya "el respeto" del resto del gremio -si no, busquen las opiniones de Robert Barro :o)]

The economics blogosphere “can be a rancorous place,” says Jared Walczak, a 22-year-old legislative director for a Virginia state senator and a fan of the blogs. Mr. Walczak says he prefers the blogs that instead point toward interesting research and ideas, such as Marginal Revolution, which was started by two George Mason University economics professors and examines a wide range of topics from poetry to autism to ordering at ethnic restaurants. “It’s very eclectic and always a source of something new,” he says.

Marginal Revolution is one of the best-read economics blogs, attracting more than 23 million visitors since its launch in 2003. Its success has boosted the careers of its co-founders, Tyler Cowen—the general director of GMU’s Mercatus Center, which is known as a bastion of libertarian thought—and Alex Tabarrok, a research fellow there.

[Puff!! a eso me refiero!!! Si no me dicen que Tyler Cowen es "libertario" ni cuenta me habría dado. Hay mucha gente que en lugar de ponerse a ver qué dices, se fijan en cómo vistes...]

‘It’s Changed My Life’

“It’s really changed my life,” says Mr. Cowen of the blog, saying he gets several requests for speaking or writing engagements every day and has been recognized “eight or nine times in public—and I don’t even go out that much!” He is the author of several books, including “Discover Your Inner Economist.” His latest book, “Create Your Own Economy,” was released July 9. He and Mr. Tabarrok also have a textbook for introductory economics due out in the fall—the collaboration that years ago sparked their blog in the first place.

While economics blogs have helped fill the public’s craving for guidance to the recession, some of them also became popular for helping alert readers—from the layman to the sophisticated investor—to the looming financial crisis before it hit. One in particular, Calculated Risk—run by Bill McBride, a retired executive in Orange County, Calif.—is often cited as being particularly prescient in warning about the housing bubble and bust, while the Big Picture, a blog run by investor and author Barry Ritholtz, also stands out from the pack. Paul Kasriel,an economist with Northern Trust bank in Chicago, says reading blogs like Calculated Risk helped him realize how bad the housing market was back in 2006-07, when many of his peers were still optimistic.

Some of the most popular economics blogs are those run by major media organizations, including The Wall Street Journal’s Real Time Economics, the New York Times’ Economix and Freakonomics, and the Economist’s Free Exchange, all of which offer a broad swath of news, analysis and daily links of interest. There’s also Economist’s View, a Web site started by University of Oregon economist Mark Thoma in 2005, with detailed analysis of the economy and the Fed, and a comprehensive daily roundup of links for the insatiable reader.

Fans of the blogs say reading them has not only helped them understand the economy, but has also helped them make improvements to their everyday life. Even those who majored in the subject in college, such as Nate Chenenko, 23, who works in Washington, D.C., as a government business analyst, say they have a new appreciation for the subject.

Mr. Chenenko, for example, recently decided to hire a moving company rather than take the weekend off from his part-time job operating a “pedi-cab”—a bicycle taxi—around the streets of the capital. “I realized the opportunity cost of taking the day off would be greater than paying movers,” he says, “and I’m not sure I would have thought of that if wasn’t consuming economics on a day-to-day basis.”

—Justin Lahart contributed to this report.

[bueno. allí está. en la cuestión doméstica hay algunos blogs "populares" como el de Macario Schettino en El Universal o el de Gerardo Esquivel. Con todo, por desgracia, me parece que el gremio nacional va muy a la zaga respecto no digamos ya el gremio anglosajón, sino respecto a la blogósfera mexicana en general...]

Entrevista a Joaquim Sempere: Socialismo de mercado, estado de bienestar y ecologismo

Los de Sin Permiso han reproducido una entrevista de La Vanguardia con preguntas y respuestas de botepronto a Joaquim Sempere. Hay ideas que convergen un poco al ecologismo de Martinez Alier (por lo menos miran a las mismas cosas, dejando de lado las mismas otras) y su decrecimiento sostenible, que ya hemos comentado en mas de una ocasion (jeje. en dos, para ser precisos)

Reproducimos aqui la entrevista. Cuando haya mas tiempito la comentamos, pues sirve para vincular con la critica a Martinez Alier y acaso empezar a sistematizar una respuesta al planteamiento general...










El periodista de La Vanguardia Pedro Madueño entrevistó a Joaquim Semepere, que acaba de publicar en la editorial Crítica el libro Mejor con Menos.

Estudioso de las necesidades humanas, Sempere contiene las suyas: luce un reloj con mucho tiempo encima y no gastaría en ropa nueva si su mujer no le presionase. Se hizo una casa con arquitectura bioclimática en la que todo se enciende y calienta con energía solar. Habla con voz queda, como si no quisiera desgastar el aire. Militó hace años en el PSUC "por compromiso ético" y lo dejó "falto de vocación de político profesional". Hoy escribe libros como Mejor con menos (Crítica), con datos y esta idea: si en 1941 la socioeconomía estadounidense fue capaz de reconvertirse en pocas semanas al servicio de la guerra, ¿no podremos hacerlo en favor de la austeridad y de la sostenibilidad del bienestar?

Acuse.
Seguimos profesando la religión del despilfarro.
Argumente.
Compramos bienes que han sido fabricados para durar pocos años, cuando podrían fabricarse para funcionar durante muchísimos años más.
¿Qué productos?
Coches, electrodomésticos... Los hacen para que fallen a los pocos años, calculan su obsolescencia. Pero nos incitan a quererlos ¡y los queremos sin cuestionarnos nada! Y la industria nos inunda de modas pasajeras, productos nuevos sustitutos de otros...
Los necesitamos.
Las necesidades las determina tu red social: lo que hoy consideramos imprescindible ¡no lo necesitábamos años atrás!
¿Se refiere a mi móvil?
Y ordenador, televisor, microondas, lavaplatos, aspirador... ¡tantos objetos sin los que habíamos vivido siempre!
¿Dónde trazo la frontera entre necesario y superfluo?
Las únicas necesidades básicas universales son comer, beber y dormir, además del afecto y el reconocimiento.
¿Me propone volver a las cavernas?
No, pero sí que seamos conscientes del abusivo consumo energético actual. ¿Es sostenible en el tiempo?
¿Lo es?
Lo sería si aprovechásemos la energía con más eficiencia, y si obtuviésemos energía de otras fuentes. De lo contrario...
¿Qué?
Hoy extraemos el 80% de nuestra energía de los combustibles fósiles - petróleo, carbón, gas-¡a sabiendas de que tienen fecha de caducidad!
¿Cuándo se nos acabarán?
Declinarán irreversiblemente dentro de unos 20 años, según la mayoría de cálculos.
Y luego, ¿qué?
Perderemos nuestro actual confort, a menos que empecemos a actuar ahora mismo.
¿En qué sentido?
Invirtiendo dinero en energías renovables: eólica, solar fotovoltaica, solar térmica...
Y nuclear, señor Sempere.
¡No! Es una herencia ruinosa para nuestros hijos y nietos: cada euro invertido hoy en energía eólica produce lo mismo - y sin residuos ni riesgos, e indefinidamente-que cada euro invertido en energía nuclear.
Pero los molinos eólicos devoran mucho espacio natural, bellos paisajes...
Es su única desventaja, pero si queremos mantener nuestro confort...
¿Y si sigue creciendo la población, qué?
Es un problema. Habrá que generar más energía… o consumir un poquito menos cada uno. Los recursos del planeta están al límite: lo sensato, pues, es ser más austeros.
¿Cómo hacemos eso en la práctica?
¡Hay todavía muchas medidas que adoptar para sacarle más partido a la energía!
Dígame y voy tomando nota.
Fabricar un tipo universal de cargador de móviles. Imponer un mejor aislamiento térmico de nuestras viviendas (¡ahorraremos millones en calefacción!). Fabricar sin obsolescencia. Reciclar metales en la industria metalúrgica. Reutilizar botellas de vidrio. Depurar aguas. Calentar el agua con energía solar. Prohibir la bombilla incandescente, sustituyéndola por la de bajo consumo (da la misma luz consumiendo cinco veces menos)... ¡Preservemos nuestro confort, pero con menos consumo de recursos!
¿Alguna otra idea ahorradora?
Fomentar el transporte público y también un eficaz sistema de alquiler de coches.
¿Algo así como un bicing de coches?
Sí. Haga números: ¡tener un coche en propiedad es un despilfarro! Dos, no le cuento.
¿Desde cuándo nos atrapa la tentación del despilfarro?
Está en la naturaleza humana, pero la agrava el mimetismo social: lo que desde siempre hacían unas minorías dominantes (para distinguirse) ¡acabaron haciéndolo las masas en la segunda mitad del siglo XX!
Y se disparó el consumo de recursos.
En los últimos 200 años, la población mundial se ha multiplicado por siete, ¡y la producción de bienes se ha multiplicado por sesenta! Por eso debemos cambiar la economía cowboy por la economía nave Tierra.
¿Qué dos economías son esas?
La primera consiste en ocupar nuevas tierras a caballo, dejando atrás las que agotaste. La segunda, vivir como los astronautas en vuelo espacial: ¡reciclan incluso la orina, y con poco agua subsisten sin problemas!
Veo muy difícil cambiar de paradigma...
Tiene usted razón: somos cortoplacistas y sólo reaccionaremos a las malas, a la fuerza, ¡cuándo ya no nos quede más remedio!
Y lo que ahora más preocupa, a corto plazo, es el paro.
Que es consecuencia de tantos excesos acumulados por este sistema de crecimiento desmedido, expansivo. Un sistema económico basado en la avidez de ganancias más que en el bienestar de las personas. Y aquí me gustaría decirles algo a los sindicatos..
Dígalo.
Más que el consumo privado, ¡defended el Estado del bienestar! Es nuestra garantía de futuro. O nos quedaremos a la intemperie. Propongo un socialismo de mercado: ¡sin regulación no hay libertad viable!
¿Algo más, para completar su modelo?
Menos consumo y más inversiones en energías renovables. ¿Y por qué un banco tiene que ser negocio? Nacionalicemos la banca.
Mejor con menos
Joaquim Sempere es profesor de Teoría Sociológica en la Universidad de Barcelona
La Vanguardia, 2 julio 2009